Como muchas grandes cosas de la historia, surgieron de un problema que…bendito fue. Ocurrió allá por 1992, cuando la Expo. Habían contratado una comida en el restaurante para un grupo elevado de personas. Querían rabo de toro así que prepararon el guiso habitual, pero al final la comida se canceló y tenían allí un monumental guiso sin «dueño». Al cocinero se le ocurrió hacer unas croquetas. Gustaron al personal, se pusieron de prueba en Becerrita y ahí se han quedado convirtiéndose en una de las estrellas de la casa.
- 1 kilo de Cola de Toro
- 250 gramos de zanahorias
- 200 gramos de apio
- 200 gramos de cebolla
- 75 gramos de dientes de ajo
- 0,25 litros de vino tinto
- 100 gramos de tomate
- 3 huevos
- 5 gramos de pimentón dulce y
- picante
- 200 gramos de pan rallado
- 0,5 litros de aceite de oliva
- 20 gramos de sal
- 5 gramos de laurel
Ponemos en la olla la cola de toro deshuesada con agua hasta que la cubra. Añadimos sal, laurel y la tapamos para que se ponga tierna durante un hora aproximadamente, hasta que esté tierna.
Preparamos toda la verdura, cortándola en trocitos pequeños. En una sartén añadimos aceite de oliva y pochamos toda la verdura. Una vez tierna la cola, le añadimos la verdura, el tomate, 1 cucharadita de pimentón, el vino más el tomate frito y dejamos que se reduzca hasta que se quede en la salsa. Desmenuzamos toda la carne que junto con la salsa la dejamos enfriar en unos moldes para que cuaje durante 24 horas en frio.
Una vez frío, moldeamos las croquetas a cuadraditos. Empanamos, freímos y emplatamos.
Se comen calientes. Jesús Becerra, el gerente de esta famoso bar de Sevilla resalta que este plato es una de las estrellas del establecimiento. Las tienen siempre en carta.