El gastrobar de San Bernardo ha sufrido una remodelación que le permite aprovechar esta nueva zona e introducir novedades al estilo abacería.
A Isaías Redondo e Irene Blanca les apetecía dar un nuevo giro a su gastrobar. Sí, ya habían oído en más de una ocasión aquello de «los mejores perfumes se venden en frascos pequeños». Pese a ello, y siguiendo con la metáfora aromatizada, nada les impedía exprimir al máximo las dimensiones de su tarro. Así que a principios de mes de mayo se pusieron manos a la obra y acometieron una reforma en el bar El Gato del Cura para habilitar una barra hasta ahora inutilizada. «Nuestro establecimiento no es demasiado grande y antes no teníamos barra como tal, el adecentarla nos permite que puedan consumir en ella nuevos clientes», aclara Isaías, encargado de sala.
Una modificación que ha llevado consigo la elaboración de una nueva carta especializada en tapas para aquellos que se decanten por almorzar o cenar en el nuevo espacio. Irene, cocinera del establecimiento e Isaías, encargado de sala, ultiman en estos días la confección de la misma en la que, como novedad, incluirá productos al más puro estilo abacería. Embutido de la Sierra de Cádiz, latas de conserva y mojama, entre otros, se abren paso en El Gato del Cura debido a la procedencia gaditana de Isaías.
En lo que a tapas calientes se refiere, los propietarios revelan que añadirán albóndigas de choco, de salmón y ortiguillas fritas. No dejarán de lado a los tres clásicos del establecimiento que habitualmente se consumen en formato plato: las croquetas, la ensaladilla de gambas al ajillo y la hamburguesita de gambón tendrán también su adaptación en versión tapa.
La remodelación del Gato del Cura, que ha finalizado el día 16, ha incorporado al local nuevos toques decorativos de color como el papel pintado colocado tras la barra o los palés con macetas andaluzas, que, según sus propietarios «da más alegría y luminosidad al conjunto».
Más sobre el Gato del Cura, aquí.