Montana, en el centro de Sevilla, ofrece cócteles de autor que repasan la historia de su ubicación, un servicio cuidado al detalle, y actividades gratuitas como degustaciones y catas maridadas
La excelencia en el servicio, el cuidado del producto, las técnicas novedosas, los detalles, son características de los restaurantes de alta cocina, ahora de moda.Este concepto también ha llegado a los bares de copas y cócteles sevillanos, como es el caso de Montana, ubicado en la calle San Pablo 17, en el centro de Sevilla. El espacio, abierto a finales de 2021, quiere ofrecer una experiencia diferente a lo que siempre ha sido tomarse una copa. Para ello cuenta con la dirección de Javier Barbecho (en la imagen de portada) que además de coctelero, tiene amplia experiencia en aperturas y gestión de establecimientos de lujo.
Aunque se estaba preparando para ser bombero, gracias a un curso de coctelería básica se enamoró de esta faceta y ahora trabaja para los propietarios de Montana diseñando una oferta atractiva con la que disfrutar bebidas destiladas de alta gama con otros alicientes. Entre semana, el ambiente del local es más tranquilo, con mesas bajas en el interior hasta la que los camareros acompañan a los clientes y ofrecen una carta con 30 cócteles diferentes (consulta aquí la carta completa).
Uno de sus apartados está dedicado a la coctelería de autor, que repasa la historia del edificio de 1925 donde se ubica, obra del arquitecto Juan Talavera y Heredia. Antiguos inquilinos están reflejados en estas creaciones, como en La Juguetería, que homenajea a Juguetería Osorno, la cual funcionaba hace más de 40 años entre esas paredes. Se presenta en una pequeña bañera, y dentro, una mezcla de Tanqueray 10, zumo de limón, azúcar, Marraschino,Hibiscus y aire de frutos rojos que hace las veces de espuma de baño y un patito de goma que remata la original presentación. Es uno de los cócteles más vendidos de Montana. También dedican un cóctel a la familia Mensaque, usando su apellido para nombrar una propuesta hecha con Brandy Fundador, licor de pera y romero, limón y vino tinto, rememorando los gustos de José Mensaque y Vera, un empresario del azulejo y la cerámica sevillana. Un bazar, una tienda de neumáticos, o la propia inauguración del edificio, se pueden saborear en este establecimiento.
Dentro de su oferta reinterpretan los clásicos de la coctelería en el apartado Next Step, donde intentan mejorar esas fórmulas que han permanecido inamovibles a lo largo del tiempo. Lo hacen con el Ron Collins, con una versión propia llamada Presse Collins. Las recetas canónicas de la coctelería se siguen en otro apartado de su carta, donde el cliente puede pedir otra de las recetas popularizadas en el mundo del cóctel, según explica Barbecho . Y para los más sibaritas, la sección de cócteles Luxury, con propuestas que van desde los 14 a los 35 euros del cóctel 1942, hecho con el exclusivo tequila Don Julio 1942. No se olvidan de quienes no beben alcohol pero de la misma manera quieren disfrutar de una bebida combinada elaborada que va más allá de zumos y recetas dulces.
Otro de los atractivos de Montana son las actividades y experiencias que organiza, tanto para el público en general como profesionales, y que en su mayoría, son gratuitas. Van desde clases magistrales impartidas por profesionales de diferentes coctelerías españolas, a degustaciones, catas o maridajes, como el que organizaron junto al restaurante asturiano Los Llaureles, en el que proponían aperitivos hechos con partes de alimentos que normalmente se descartan. Todas son el resultado de buscar ideas viajando por el mundo e interactuando con otras coctelerías, según explica Barbecho. Además han participado en eventos como en la Bienal de Flamenco que se celebra estos días, y en los Grammy Latinos que se celebraron en Sevilla en 2023.
El local tiene tres ambientes, la terraza, el atrio, a medio camino entre el interior y la terraza, y la zona interior, con mesas altas y bajas. Dispone de varios reservados con sofás. Los fines de semana estas mesas se quitan para dar más espacio al baile y la fiesta, aunque aquellos que quieran quedarse al margen pueden sentarse en el atrio donde se puede oír la música y beber un cóctel apartado del bullicio.
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