La cerveza artesanal Rancia triunfa en internet con una original y personal forma de venta que hace que sus producciones se agoten en minutos.
No tiene más de tres meses de vida. Y aunque sus creadores son cautos a la hora de desvelar cifras, su demanda en internet y repercusión en redes sociales hablan por sí solas. Rancia, la cerveza artesana que bebe del concepto de sevillanía cuya reivindicación inició en su día el escritor y periodista Julio Muñoz ‘Rancio Sevillano’, ha supuesto una verdadera revolución en lo que a ventas online se refiere. Tan solo nueve minutos tardó en agotarse la primera remesa de cervezas disponibles en la web el pasado 2 de mayo. Cinco, dieciocho y veintisiete las siguientes. Todo un fenómeno sin precedentes en el sector que aún mantiene a los cinco padres de la criatura con la boca abierta.
Porque junto a Julio Muñoz, el Rancio Sevillano por antonomasia, otros cuatro rancios conforman este proyecto que nació casi como un juego entre cinco amigos enamorados de la cerveza y de Sevilla. Por puro divertimento. Sin más pretensiones que homenajear a la ciudad, su idiosincracia y a algunos de sus personajes más señeros . Ilde Cortés, Antonio Villegas, Luis Miguel Luque, Miguel Ángel Plaza y el propio Muñoz lo tienen claro. “Rancia ha superado todas nuestras expectativas. No nos esperábamos una respuesta así por parte del público”, coinciden.
Las redes, caldo de cultivo
En este sentido, ninguno de ellos tenía un plan de marketing online preconcebido cuando Rancia calentaba motores dando el salto a las redes sociales en abril de este año. Aunque sí eran conscientes de la importancia de su presencia en aquellas más populares: Facebook, Instagram y Twitter. Ilde Cortés, periodista y Social Media Manager se encargaría de ellas. Mientras que Julio Muñoz, también periodista y escritor, pronto se convertiría en una de las caras visibles de Rancia en el universo 2.0. “Me daba cierto pudor personalizar el producto en mí, aunque por otro lado resultaba absurdo no aprovechar el tirón”, desvela Muñoz, consolidado influencer como Rancio Sevillano.
Y fue entonces cuando el perfil de Rancia comenzó a llenarse, paulatinamente, de publicaciones vinculadas con Sevilla, la pasión cervecera de sus habitantes así como algunos de los personajes representativos a los que Rancia homenajea: El Pali, Silvio, la abuela del Betis, Paco Gandía, la escultora La Roldana y Santa Justa y Rufina, los mismos que aparecen en la etiqueta de esta cerveza artesanal. “Es alucinante porque, sin quererlo, hemos creado un sentimiento de identidad sevillana muy fuerte. Gracias a Rancia nuestros seguidores se sienten aún más orgullosos de ser sevillanos de lo que ya estaban y los más jóvenes descubren a sevillanos carismáticos que desconocían”, comenta Ilde Cortés, orgulloso.
A día de hoy, Rancia posee una comunidad en redes sociales de unos 10.000 seguidores que se reparten entre Facebook, Twitter e Instagram. Los cinco rancios reciben ilusionados cada una de las interacciones que ésta, formada por los que ya denominan como ‘ranciers’, genera . Incluso apuestan entre ellos sobre qué publicaciones tendrán más repercusión. Unas sevillanas del Pali, por ejemplo, alcanzaron a la friolera de más de 200.000 usuarios “Nuestros seguidores actuán muchas veces de motu proprio. Nos envían fotos con sus cervezas o carteles de películas con Rancia elaborados por ellos mismos sin que nosotros lo hayamos demandado”, revela Julio Muñoz quien añade que el ‘efecto Rancia’ ha despertado incluso el interés de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla donde ya se estudia la cerveza que exalta la sevillanía como fenómeno viral.
Las redes sociales constituyen el mejor caldo de cultivo para las ventas de Rancia en Internet. Aunque el tirón de la cerveza es tal que ya preparan su lanzamiento a la hostelería y a partir del viernes 12 de julio podrá encontrarse físicamente tanto en el hotel Montalván como en el conocido bar de las Golondrinas de Triana, los rancios no se olvidan de sus clientes online. De hecho, debido a la propia identidad de la cerveza, es éste el mejor canal para su distribución. Según explica Miguel Ángel Plaza, rancio, médico de profesión y alquimista cervecero por devoción, “Rancia es una cerveza totalmente artesanal, como las que hacían los monjes en la Edad Media. Al encontrarse sin filtrar ni pausterizar, no tener conservantes ni estar clarificada, su consumo debe ser casi inmediato”. Por ello, Internet se convierte en la mejor herramienta para que Rancia esté en el 48 horas en el hogar del cliente.
En este sentido, la web de Rancia se presenta fresca, intuitiva y dinámica para facilitar el proceso. Además, los cinco creadores de la cerveza cuidan en extremo que su producto llegue en perfecto estado y en el tiempo acordado. “También contestamos personalmente todos los correos y demandas que nuestros clientes nos hacen. No nos importa dedicarle todo el tiempo que haga falta. Este proyecto nos hace muy felices”, puntualiza Cortés.
Verdad, corazón y un producto vivo, los secretos del éxito
Y es que los cinco padres de la criatura están como niños con zapatos nuevos. Exhalan entusiasmo por cada poro de su piel cuando pronuncian el nombre de su cerveza. Y ahí radica, probablemente, el secreto del éxito de Rancia. De esas ventas masivas a través de Internet, de la fidelización de unos clientes que se entregan y participan en todas las iniciativas de las redes sociales, del interés constante de hosteleros de distintos puntos de la geografía española pese a tratarse de un producto diseñado para el público sevillano. “Hay mucha verdad y libertad en lo que hacemos. Somos cinco tíos cercanos que estamos entregados con nuestra Rancia y le ponemos mucho corazón. Y eso es algo que perciben nuestros clientes”, explica Julio Muñoz.
Una autenticidad y devoción por el producto que comparten todos los integrantes del equipo Rancia. Desde cada uno de los cinco rancios primigenios que, tal y como explican Antonio Villegas y Luis Miguel Luque, “nos sentimos como los cinco dedos de una mano, cada uno encargado de una tarea diferente pero parte de un conjunto en el que no se entiende uno sin el otro”, hasta el diseñador del original logo de la cerveza, Ricardo Barquín, Pablo Vallejo, ilustrador de las etiquetas o la fábrica sevillana Beer and Dreams, encargadas de la producción de Rancia. “Todos somos gente que amamos lo que hacemos”, concluyen Ilde Cortés, Antonio Villegas, Luis Miguel Luque, Miguel Ángel Plaza y Julio Muñoz.
A esta pasión y entrega se unió, en sus inicios, una causa solidaria vinculada a todo un símbolo de la Sevilla más rancia o auténtica: la recaudación de fondos para la estatua del cantaor de sevillanas El Pali. A él han ido destinados los beneficios de los 1000 primeros litros de Rancia vendidos. A principios de julio tuvo lugar la entrega del cheque a la familia del artista en un acto que los cinco rancios han vivido con la intensidad y alegría de los acontecimientos especiales, lo que añade más verdad si cabe a su verdad.
Todo ello sin olvidar la calidad de un producto que nace con la vocación de convertirse “en la cerveza artesanal de los sevillanos”. “Está mal que nosotros lo digamos, pero es que está muy rica y su sabor tiene mucho que ver con Sevilla”, explica Miguel Ángel Plaza. La cerveza ha sido concebida como una bebida refrescante, natural, ligera, sin la textura densa de otras artesanas “porque aquí no estamos acostumbrados a eso” “El gran secreto de la composición de la Rancia es la cepa de levadura que usamos, pero eso no se puede contar. Sería como desvelar la fórmula de la Coca-Cola”, remata Plaza.
Al igual que el proyecto que la envuelve, Rancia es una cerveza viva y con identidad propia que fermenta en su la propia botella y que sus rancios creadores recomiendan tomar “con el dedito hacia arriba, como hacía El Pali pero también con un magistral giro de botella que hace que el poso de levadura se mezcle con el resto para disfrutar de todo su sabor”.
Rancios proyectos
Rancia volverá a lanzar nueva remesa de cervezas el 15 de julio a las 20:00 horas a través de su web. Los 4.000 suscriptores de la misma ya se encuentran expectantes. Quieren hacerse con algún pack de estos ansiados botellines sí o sí. La producción se ha cuadriplicado desde el nacimiento de la cerveza pero también su demanda. Así que la ilusión entre sus clientes se mantiene intacta, como si del primer día se tratase.
Y así esperan los cinco rancios que se mantenga pese a su lanzamiento en hostelería. Al aterrizaje de Rancia el 12 de julio en el hotel Montalván y en el bar las Golondrinas de Triana, le seguirá en breve su llegada a los bares Silvio y Tenderete, ubicados en Torneo y en el barrio Santa Cruz, respectivamente. “Y hay una veintena de establecimientos más. El interés por Rancia continúa en lo más alto. Intentaremos que todos ellos tengan cierto toque de sevillanía y pureza para albergar nuestra cerveza”, manifiesta Julio Muñoz.
Como el tirón de los rancios no cesa, el grupo de amigos permanece en constante estado de creación e ilusión entorno a su adorada cerveza. La búsqueda de nuevos personajes súper sevillanos para ilustrar sus etiquetas, la creación de un peculiar rasca integrado en el botellín, una sorpresa navideña e incluso una nueva variedad de Rancia sobrevuelan las mentes inquietas de Ilde Cortés, Antonio Villegas, Luis Miguel Luque, Miguel Ángel Plaza y Julio Muñoz. Todo se andará. La fuerza del fenómeno Rancia hace presagiar que será más pronto que tarde. Y, como no, de rancias y exitosas maneras.