El nuevo establecimiento apuesta por el producto, especialmente el andaluz, desde sus desayunos y aperitivos hasta sus tapas
Producto de aquí con una vuelta original. Esa es la apuesta de Alberto Moreno, un sevillano que tras trabajar durante 10 años en Mallorca ha abierto Canela Tapas Bar. Hace tres años que regresó a su tierra, con la idea de montar un restaurante de su propiedad. En Mallorca fue acumulando experiencia en el sector y fue el pasado 15 de junio cuando abrió las puertas del nuevo bar del centro de Sevilla.
Papas aliñás hechas con patata agria, y ventresca de atún. Foto cedida.
Ya probó suerte con Levante en Alcalá de Guadaíra, donde Alberto cuenta que hicieron una “buena clientela”, pero que funcionaba casi exclusivamente en fines de semana. Su objetivo era llegar a la capital como finalmente han conseguido con un establecimiento para el público local. Se dedican al producto de cercanía, andaluz, como el cerdo ibérico onubense o el atún rojo de Cádiz, aunque recurren a otras referencias nacionales de renombre, como es el caso de las anchoas de Santoña o las alcachofas de Tudela.
Abren para desayunos de ocho de la mañana a doce del mediodía, con molletes de Antequera, chicharrones de Cádiz, manteca colorá… Todos productos propios de los desayunos andaluces aunque también sirven huevos ante la demanda de algún visitante. A partir de las 12 comienzan a servir las tapas frías de su vitrina, entre las que hay ensaladilla de gambas, papas aliñás con ventresca de atún, salpicón de pulpo, tostas de anchoa, entre otras tapas. A partir de la misma hora, para el aperitivo, embutidos de la marca onubense Lazo con la que trabajan todo lo ibérico. Además, jugarán con fueras de carta como ostras.
Brioche de costilla a baja temperatura con Palo Cortao. Foto cedida.
A las 13 horas abren la cocina para la comida caliente y más elaborada. Todo son recetas populares y reconocibles a las que dan un toque diferente, de fusión de técnicas o de ingredientes de otros países. Es el caso de los conos con ceviche de lubina, o de una ensalada César en la que cambian el pollo por gambones o un taco de presa ibérica. Preparan dos tartares, uno de atún rojo de Petaca Chico, y un steak tartar donde combinan la carne de Retinto gaditana con la presa ibérica. Ejemplo de las tapas más clásicas en carta son unas bravas bien picantes y unos langostinos en tempura «TNT» también salsa picante, pensados para los amantes de los sabores potentes. Carnes ibéricas, un canelón de rabo de toro con queso Payoyo, brioche de costilla con Palo Cortao… son otros platos de su variada carta. Entre sus postres, una novedosa esfera de chocolate y una nube de azúcar.
El local está pensado para el tapeo, especialmente en el interior. Tienen unos 20 metros de contrabarra, y todo está equipado con taburetes y mesas altas. La decoración, la vajilla y todos detalles trasladan a este concepto de cocina tradicional renovada en forma de tapeo que nunca deja de triunfar.
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