Comer en el primer restaurante chino hot pot de Sevilla es una experiencia en torno a una olla de caldo caliente en la que caben desde exóticas verduras hasta casquería. La sala se llena de grupos de chinos y también sevillanos que buscan nuevos sabores y algo de cachondeo

 

 

Comer tiene muchas facetas, una de ellas es echar un buen rato. Esto pasa sobre todo cuando nos sacan de lo que llamamos «normal», que a poco que uno se aleje de su casa encuentra costumbres, maneras, ingredientes y otras cosas.  De poco a poco llegan a los restaurates nuevas modas importadas de otros países, en una versión suavizada para que nos guste sin asustarnos. Pero ir a un restaurante de comida extranjera auténtica (cuanto más lejos, mejor)  es a veces como subirse en la atracción más loca de parque.

Spicy Soul Hot Pot es un restaurante chino que abrió en Sevilla en abril de 2022 en avenida de la Prensa. Tiene establecimientos en Valencia, Barcelona y Madrid.  Es de estos lugares a los que van los propios chinos buscando lo conocido. Para el resto del mundo occidental, la novedad es el modo de comer, llamado hot pot, caldero o huoguo en su idioma original: un caldo o varios, se colocan hirviendo en la mesa. En la olla donde sirven estos caldos tú mismo preparas los ingredientes crudos como pasta, verdura, pescado, carnes y algún precocinado congelado como gyozas. Es un tipo de cocina familiar y de amigos, el equivalente a nuestra paella de los domingos, pero con palillos.

Sala y buffet de salsas de Spicy Soul Hot Pot. Foto: Cosasdecomé

La dinámica en este restaurante asiático, especialmente si se va de nuevas, es buscar una camarera que sepa español y pueda explicar cómo hay que manejarse. La explicación rápida es que es como tener un caldo de puchero hirviendo delante y  le vas echando los avíos que quieras. Pero aquí nada de  jamón o arroz, aunque hay ingredientes conocidos, muchos de ellos son bastante exóticos.

Todas las mesas tienen en el centro una placa para que el caldo esté siempre caliente, con un panel que controlan las camareras. La comida se pide en una tablet que al principio asusta porque está todo en chino, pero en pequeñito aparece traducido. Lo primero es elegir el caldo, ya que tienen varios tipos, entre ellos varios niveles de picante. Uno de ellos está traducido con un entrañable «poco pica», pero traducido resulta que entre cucharada y cucharada tienes que respirar hondo, y esto es un aviso para quienes presumen de soportar la parte alta de la escala Scoville. Se pueden elegir recipientes con espacio para dos o cuatro o más caldos diferentes. Como está en constante ebullición y se evapora, las camareras vienen y rellenan la olla con más caldo caliente, así que nunca falta.

Hot pot listo para empezar a cocinar y comer. Foto: Cosasdecomé

Luego toca elegir qué ingredientes se van a preparar. Hay mucha variedad, desde ternera fresca, costillas, setas, col china, raíz de loto, gambas, patas de cangrejo a  ancas de rana, lengua, intestinos o aorta de cerdo, que es un ingrediente muy apreciado en la cocina china.  También hay combinaciones como pasta casera de gambas con queso, bolas de lomo y más cosas que merecen la pena ser descubiertas por uno mismo. También hay pastas como noodles o fideos de arroz, para acompañar el caldo, especialmente al final. Para especiar más el caldo o los ingredientes, hay un buffet (preciosa palabra) de salsas y aderezos. Eliges lo que quieres, en la cantidad que quieres. Hay mucha variedad con la que hacer, por ejemplo, una mezcla de cacahuetes, cilantro y soja.

La técnica depende de cada cual, si prefiere cocinar uno a uno los ingredientes o añadirlos todos de una vez. Los tiempos de cocción suelen ser cortos, incluso para la carne, que se corta en trozos pequeños o en finas lonchas. Para ayudar a los recién iniciados, tienen una carta con una estimación de los tiempos. Entre una cosa y otra, se va charlando, pasando el rato con el resto mientras escoges qué preparas en la olla. Al contrario que en una barbacoa, donde el que prepara la carne se pierde la diversión a pesar de que el resto del grupo, sentado, bebiendo y picando, hace un amago de amago de tomar el relevo.

Costillas picantes troceadas para que se hagan tras unos minutos en el caldero. Foto: Cosasdecomé

Ante este festival de caldos en ebullición es posible que la ropa coga algo de olor, por eso cuentan con una máquina en la salida en la que darse una «ducha» de aire con un olor muy fresco y volver a la rutina sin rastro de hot pot. Tiene una pantalla, a pesar de que el tiempo son unos segundos. Es la mezcla perfecta entre tecnología y utilidad cuestionable que uno espera en un sitio como este.

La experiencia gastronómica en sí, aunque los ingredientes son de calidad, es lo de menos. Lo más interesante es descubrir un modo de cocinar bastante desconocido para la mayoría y sobre todo, la experiencia. El restaurante se llena, no solo de familias chinas, también de familias y grupos de amigos de aquí, con la idea de reunirse alrededor de la comida. Una costumbre que no pasa de moda en ninguna cultura.

Horario, teléfono, dirección y más de Spicy Soul Hotpot

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