Nace ACVS, una asociación de catadores a iniciativa de un grupo de profesionales en la que tienen cabida los profanos, y que incluso clasifica las actividades en función de complejidad.
ACVS juega con esa V que pide ser pronunciada como una u para evocar a los romanos, para que el nombre se asocie con viñedos y hasta con el dios Baco. Se trata del nombre de la Asociación de Catadores de Vinos de Sevilla, una entidad nacida con el nuevo año y que tiene como objetivo suscitar el interés por el vino entre los profanos y mejorar la formación entre los profesionales.
Es José Manuel Masse, presidente de la asociación, quien explica la historia de la iniciativa. Se trata de un grupo entre quince y veinte profesionales que han ido coincidiendo frecuentemente en los últimos años: sumilleres, enólogos, distribuidores, hosteleros… y que acabaron constituyendo un grupo de cata. De ellos surgió la idea de crear una asociación que les permitiera fomentar la cultura del vino en la provincia.
ACVS empezó a funcionar el 1 de enero de 2019 y ya se acerca al medio centenar de socios, personas interesadas en participar en las actividades que ya están comenzando a organizarse: ha habido una cata de riojas, una charla sobre la importancia de los tapones de corcho… y habrá más, porque la idea es convocar actividades un par de veces al mes.
Son iniciativas con las que se busca mejorar la formación de los profesionales, pero también iniciar en los vinos a los interesados. Por eso, las actividades se clasifican según su complejidad, como una forma de indicar para qué publico están recomendadas. No sólo habrá catas, sino que también habrá presentaciones a bodegas, visitas a las de la provincia, planes enoturísticos y gastronómicos o formación, y con el tiempo quieren hacer un club de vinos.
La actividad de la asociación es abierta, con actividades a las que puede acudir el público en general; lo que ocurre es que los socios tienen ventajas, concretamente una prioridad de una semana a la hora de inscribirse, una actividad gratuita y descuentos. Ser socio también permite obtener rebajas en tiendas especializadas o congresos con los que llegue a acuerdos la asociación. Para inscribirse, indica Masse, sólo hay que acceder a través de la web de la asociación (aquí) al formulario correspondiente: el precio es de 10 euros al mes o 100 al año, y quien no quiera ser socio de pleno derecho, pero sí estar al corriente de sus actividades, tiene la posibilidad de pedir que se las envíen por correo: se convertirá así en «socio suscriptor» de forma gratuita.