A pesar de tratarse de un obrador relativamente joven, este establecimiento de Espartinas ha alcanzado gran popularidad debido a sus originales propuestas, entre ellas sorprendentes ruedas de cuñas de varios sabores y pizzas dulces. Su apuesta por la venta online y el reparto a domicilio han contribuido a expandir esta ascendente fama.

 

El padre de José Julio Díaz siempre lo tuvo claro. Deseaba que su hijo, pastelero de profesión, creara su propia pastelería en Espartinas. Sentía un pálpito. Quizás similar a una premonición. José Díaz ‘Pepe El Nary’, progenitor de José Julio y maestro panadero, supo oler el éxito mucho antes de que llegara. Y eso que el curioso apodo de este  espartinero no se debía a su capacidad olfativa. Ni al tamaño de su nariz. Provenía de una estampita de San Felipe Neri que le regalaron de niño. De ‘Neri’ vino ‘Nary’ y, de ahí, un apodo que le acompañó de por vida. Cuando Pepe El Nary falleció en 2012, su hijo José Julio sintió, casi de manera impulsiva, el deseo de cumplir con el sueño de su progenitor. «Lo dejé todo y me vine con mi mujer a un local de la avenida Alcaldesa María Regla Jiménez de Espartinas. Montamos la pastelería en homenaje a mi padre. Y como no podía ser de otra manera, le pusimos su nombre: Pepelnary», relata José Julio Díaz, propietario del establecimiento, con emoción contenida.

El panadero José Díaz, alias Pepe El Nary, padre de José Julio Díaz quien creó la panadería Pepelnary en homenaje a su progenitor. Foto cedida por Pepelnary

El panadero José Díaz, alias Pepe El Nary, padre de José Julio Díaz quien creó la panadería Pepelnary en homenaje a su progenitor. Foto cedida por Pepelnary

 

Este fue el punto de partida del ascenso meteórico de la que, en menos de una década, se ha convertido en una de las pastelerías más populares del Aljarafe sevillano. Sí, José Díaz ‘Pepe El Nary’ lo supo oler o intuir. Pero su hijo José Julio también tuvo buen olfato a la hora de orientar su negocio hacia lo que mejor sabía elaborar. «Aprendí a preparar cuñas de las de toda la vida en mi último trabajo en un obrador de Gines. Me quedé con los trucos para que salieran ricas y luego les fui añadiendo un toque personal», declara. De esta receta perfeccionada nace el producto estrella de Pepelnary: las ruedas de cuña.  De hecho, el establecimiento pronto comenzó a conocerse popularmente con el sobrenombre de ‘La Casa de las Cuñas’.

Y no es para menos. Más de un centenar de ellas elabora semanalmente y de manera totalmente artesanal Díaz en su obrador. «Tienen mucha aceptación porque las hacemos a diario y respetando los tiempos de fermentación. Así salen especialmente tiernas», aclara, a la par que puntualiza con una sonrisa que «el cariño y dedicación también contribuyen» en estas obras maestras de la cuñística. Además, Díaz se ha atrevido a jugar con este clásico de la pastelería creando versiones de lo más originales. Así, las vitrinas de Pepelnary se atestan constantemente de ruedas de cuñas de nata, kinder, natillas con galletas o nata y chocolate. «Me gusta experimentar con los sabores, aunque la cuña clásica se lleva la palma. Es la más demandada».

Cuentan con variantes tan originales como la de natilla con galletas. Foto cedida por Pepelnary

Cuentan con variantes tan originales como la de natilla con galletas. Foto cedida por Pepelnary

Desde hace un año, una dulce y original novedad ha irrumpido con fuerza en la pastelería Pepelnary. Osa incluso a hacerle la competencia a sus afamadas ruedas cuñiles. Se trata de las pizzas dulces ‘cuatro besos’, una genialidad creativa de Álvaro Díaz, hijo de José Julio, quien se ha incorporado recientemente al negocio familiar. «Estudió cocina y ha hecho cursos de cocina con Manu Jara y Francisco Torreblanca. Le encanta esto sin que yo se lo haya inculcado», manifiesta José Julio con orgullo. El nieto de Pepe El Nary, al igual que su padre y su abuelo, también ha sabido olisquear el camino hacia el éxito. En su caso, siguiendo la estela de las nuevas tendencias en pastelería. «Aproveché el boom de las famosas galletas Lotus para versionarlas en cuatro texturas dentro de una pizza de hojaldre. La creación ganó la Feria de la Tapa de Espartinas y acabamos incorporándola en el obrador», declara Álvaro Díaz, entusiasmado. Desde ese instante, el ingenio de este joven de veintiún años ha dado vida nuevas modalidades de pizzas dulces que van desde las inspiradas en famosas marcas de galletas o bombones (Oreo o Ferrero) a la afrutada de manzana y fresa. Tanto cuñas como pizzas se venden por piezas divididas en ocho raciones como en porciones individuales. Las personalizan para reuniones y eventos por lo que causan especial furor durante los fines de semana.

Y es que no hay localidad aljarafeña que no haya sucumbido a los encantos de las especialidades de Pepelnary. Las ventas online a través de su página web y el reparto a domicilio entre municipios del Aljarafe han contribuido a ello. La fama de este pequeño obrador espartinero se extiende imparable por la provincia de Sevilla «Siempre hemos tenido claro que no nos queríamos quedar atrás. Para nosotros es importante acercar nuestros productos a los clientes». Es por ello que hacen uso de estas herramientas desde sus inicios.  Y su público les responde fiel. «Gracias a ellas, durante la pandemia duplicamos nuestras ventas a domicilio y nos afianzamos aún más», sentencia José Julio.

Pepelnary vende todos su productos vía online, además de contar con reparto a domicilio. Foto: CosasDeComé

Pepelnary vende todos su productos vía online, además de contar con reparto a domicilio. Foto: CosasDeComé

Aún así, no todo son imponentes ruedas de cuñas ni dulces pizzas en Pepelnary. La oferta de la pastelería de la familia Díaz es amplia y diversas. Aunque gustan de preparar creaciones singulares como palmerones gigantes con un peso entre 1,5 y 2 kilos y tartas variadas, también cuentan elaboraciones de corte tradicional como pastas de té, barquitos de cidra o chocolate, roscos y galletas fritas, magdalenas o gañotes. También encandilan a su clientela con creaciones estacionales tales como el rosco de Reyes y los pestiños, de gran tirón.

Sus palmerones gigantes, con un peso entre 1,5 y 2 kilos, también gozan de gran popularidad. Foto cedida

Sus palmerones gigantes, con un peso entre 1,5 y 2 kilos, también gozan de gran popularidad. Foto cedida

Aunque a los descendientes de Pepe el Nary, les puede la innovación y creatividad. La experimentación y la búsqueda de nuevas experiencias para el paladar de sus adeptos. «Nos motiva idear nuevos productos, sobre todo a Álvaro que ha llegado con muchísima ilusión», desvela el propietario de Pepelnary. Ya de cara a la próxima Feria de la Tapa de Espartinas, José Julio y Álvaro Díaz trabajan para parir su particular ‘tributo a la infancia’. Una creación dulce que homenajea los sabores de la niñez de ambos a través de la fusión de un postre infantil de fresa y plátano con una trufa con Peta Zetas. Padre e hijo trabajando codo con codo en el obrador. Intercambiando sabiduría, consejos y experiencias. En este sentido, el sueño de Pepe el Nary también se ha cumplido a través de las figuras de su hijo y nieto. Todo un visionario y un panadero muy querido en Espartinas al que los vecinos del lugar aún recuerdan con especial cariño. «¡Ay, si tu padre levantara la cabeza, qué orgulloso estaría!», le espetan muchos de sus clientes a José Julio Díaz. No cabe duda de que así sería.

El establecimiento se ubica en el número 41 de la calle Avenida María Regla Jiménez de Espartinas. Foto: CosasDeComé

El establecimiento se ubica en el número 41 de la calle Avenida María Regla Jiménez de Espartinas. Foto: CosasDeComé

 

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