Más de una docena de establecimientos imparten clases de cocina en la capital hispalense. La gente de fuera es la principal usuaria de unos talleres que también pueden servir para estimular a los empleados de una gran empresa, para celebrar una despedida de soltero o complementar clases de yoga.
En 2008, Amelia Gómez puso en marcha Travel & Cuisine, un proyecto que conjugaba gastronomía y turismo: visitas al mercado y clases de cocina rematadas por una cena en una azotea con unas privilegiadas vistas a la Giralda. Por aquel entonces, nadie ofrecía nada similar en la ciudad. Unos pocos años más tarde pensó que, al igual que los extranjeros podían conocer aspectos de nuestra cultura con una sartén en la mano, lo mismo ocurriría a la inversa. Y así es como profesores de otros países llevaron llenaron de olores exóticos el techo de este edificio de la avenida de la Constitución. Ahora, en este establecimiento se ofrece también la posibilidad de hacer competiciones entre equipos de cocinillas y, desde hace un par de años, de conjugar una sesión de yoga con el taller. Fue la afición de la propia Amelia por el yoga la que le llevó a idear estas clases, en las que se aprende a hacer una receta ayurveda y 3 recetas vegetarianas, y se conjuga en contenido gastronómico con el de la sesión de esta disciplina.
Y es que el interés de esta empresa reside ahora en la diferenciación, sobre todo a través de la calidad, explica. Ya no es, ni mucho menos, la única empresa que se dedica en la ciudad a impartir talleres de cocina para aficionados.
2014, el año de las cocinas
Hemos localizado una quincena de establecimientos en Sevilla que dan actualmente clases; todos están en la capital, y unos cuantos coincidieron en abrir el mismo año: 2014.
Es el caso de Taller Andaluz de Cocina, un establecimiento situado en el Mercado de Abastos de Triana que también combina la fórmula de cocina como atracción turística para extranjeros y como aprendizaje de otras culturas para españoles. Desde el Taller nos cuentan detenidamente cómo es una de las experiencias para guiris: les dan una vuelta por los puestos, deteniéndose en los productos con los que pueden estar menos familiarizados, como la manteca colorá. Se compra lo que se usará en las clases y, a partir de ahí, se hacen platos típicos de la gastronomía española. De esta forma tienen un contacto directo con españoles, que suelen aprovechar para plantear sus dudas acerca de la gastronomía. Muchos se sorprenden al conocer las auténticas recetas: se les cae de golpe el mito de que todas las recetas españolas llevan chorizo.
Entre los españoles hay de todo: personas solas, amigos, parejas, gente que quiere pasar un buen rato o quien quiere aprender porque no tiene ni idea. Las clases están pensadas para todos los niveles, y establecen un calendario mensual que se pueden consultar en la web (todas las direcciones están abajo). Normalmente y para adaptarse a la demanda, las clases para extranjeros copan el verano, y durante el curso éstas conviven con las dirigidas a españoles.
2014 también fue el año inaugural del Club Foodies, o de Kök Tu Cocina. Este último establecimiento, que también ofrece brunchs los fines de semana, tiene un extenso calendario de talleres, que van publicando periódicamente (puedes ver la programación de septiembre y octubre aquí). Allí lo tienen claro: ellos son un atelier gastronómico que ofrece ocio en torno a un cocina abierta.
Lo del año no es coincidencia. No sólo fue el auge de los programas televisivos de cocina, sino también la crisis que dejó a tanta gente en paro y desubicada. Es el caso del origen de Fresh Cooking Spain, que abrió ese mismo 2014. La propietaria, Ana López, no es cocinera. Es economista, y en 2011 era una economista que acaba de quedarse en paro y tenía muy claro que quería convertir su gran afición a los fogones en un negocio. Encontró trabajo: estuvo dos años trabajando en la administración, pero ya con la idea de ahorrar dinero para abrir su negocio. Ella hacía su proyecto mientras ayudaba a los demás a convertir sus ideas en trabajo porque estaba en un servicio público de apoyo al emprendimiento. Finalmente, consiguió lo que necesitaba y abrió.
Esta empresa es de las que ofrecen talleres sin calendario, a demanda. Al principio había una programación, pero es muy difícil cuadrar agendas cuando las clases se dan en español, en inglés y en francés. Hay cursos para extranjeros, para españoles, eventos que pueden contratarse para una tarde de ocio o los destinados a mejorar el trabajo de equipo entre compañeros de una misma empresa por medio de un desafío entre cacerolas. Suele tratarse de grandes firmas internacionales que deciden ofrecer un viaje a sus empleados. A veces eligen una demostración de cocina -el plato central suele ser la paella- en una casa palacio sevillana, una de las posibilidades que ofrece la empresa. Pero la opción preferida suele ser la competición.
Ana explica una de estas experiencias, que se amolda al gusto de lo que quiere la empresa: normalmente, los trabajadores no saben a qué van. Ni idea de que los van a dividir en dos o varios equipos y los van a poner a cocinar. Por si la sorpresa no fuera suficiente aliciente, en plena faena les interrumpen para enfrentarle a retos individuales de lo más peregrinos. La cosa se puede complicar si el jefe conoce algún punto débil gastronómico de sus empleados, como la vez que uno se pasó toda la clase tomándole el pelo a una compañera embarazada que no soportaba el pollo… haciéndole creer que todo lo que estaban cocinando lo llevaba. Los equipos son estrechamente vigilados por el jurado, que no sólo valorará el sabor o el aspecto, sino cómo han trabajado, la limpieza… Hay premios y puede haber castigos (cantar delante de todos o confesar alguna pequeña fechoría cometida en la oficina, por ejemplo). La cosa es divertida, pero tiene su enjundia para los señores que entienden de sinergias, liderazgos y cosas así. No en balde, los equipos suelen elegirlos ellos.
Además de este tipo de talleres, ofrecen otras actividades como curso por parejas para enamorarse a la luz de la vitrocerámica.
La experiencia
Y es que al final, en estos cursos aprender de cocina parece ser una excusa para relacionarse y divertirse, para vivir una experiencia «diferente» que no emplea mucho tiempo -aunque siempre suele alargarse más de lo previsto-, explican desde Degusta con Gusto, una empresa que empezó como catering en 2009 y que actualmente ofrece talleres para españoles y extranjeros debido a la demanda. Lo de la experiencia diferente parece la idea clave en estas empresas. Las experiencias que se viven en un viaje, las que se regalan… En Travel & Cousine lo tienen muy claro: la mayor parte de sus clientes son los de fuera, y la excepción que confirma la regla es el repunte patrio que se da en navidades, porque se lleva regalar experiencias, no objetos, y esa experiencia bien puede ser un taller de cocina.
«Despedida de solter@ diferente ¿Cuántos estáis pensando en empezar a organizar la despedida de solter@ perfecta? ¿Con qué podréis sorprender al novia o a la novia? Saliendo de topicazos y típicos planes a la par que tampoco se os vaya de precio, así os aseguráis que todas asistan. Están pensados para los cocinillas y para los que no lo son tanto, ya que os enseñaremos a realizar recetas a la vez que os divertís». Despedidas de solteros y solteras. Esta es la novedad en Cooking Olé, una de las empresas que se dedica ofertar cursos de cocina española para guiris y de cocina guiri para españoles en Santa María La Blanca que empezó a funcionar a finales de 2011.
Los restaurantes
Además de los espacios creados específicamente para el ocio gastronómico otras instalaciones tienen los talleres como una actividad secundaria; son, por ejemplo, restaurantes que organizan estas actividades de vez en cuando. Por ejemplo, el grupo Ovejas Negras, con varios restaurantes en Sevilla, abrió hace dos años un espacio experimental, donde Javier García Pereda, Dietista Nutricionista y Tecnólogo de los Alimentos, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y de la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla y por Carlos Escuín, chef en Ovejas Negras Company, ofrecen sus talleres con un calendario marcado.
En La Grulla comenzaron a ofrecer cursos de cocina en 2015; fue su cuñada la que convenció al chef Marcos Valcárcel de que los hiciera, y está contento: «la gente lo disfruta mucho», explica. Actualmente ofrece los talleres bajo reserva -incluido un concurso entre dos equipos o la posibilidad de celebrar cumpleaños infantiles en los que los niños cocinan- aunque para otoño se plantea volver a establecer un calendario.
Estraperlo es un sitio singular, un poco de todo: Restaurante de temporada, mercado ecológico… y también un centro de clases de cocina que incluye los cada vez más demandados talleres para niños. También oferta ese tipo de talleres para pequeños cocineros -entre otras actividades de ocio gastronómico- Cómete el Mar, que es una tienda de productos gourmet. Un caso parecido es el de La Herboteca Natural, un supermercado ecológico trianero que ofrece diferentes talleres, algunos de ellos para la elaboración de recetas veganas.
Los especializados
Pero hay más formas de afrontar el acercamiento a la cocina. Una de ellas es desde un angulo más centrado en la formación que en el ocio: en Cook Storming ofrecen cursos profesionales, para gente que quiere convertirse en cocinero. Y lo combinan con una oferta para aficionados que quieren aprender. Desde el establecimiento describen cómo funciona esta oferta: Imparten cinco talleres distintos cada fin de semana, desde el viernes por la tarde al domingo por la tarde. El calendario se publica con un mes de antelación y, además, se suele incorporar alguna propuesta más cada dos o tres meses «teniendo en cuenta las peticiones de nuestros alumnos más asiduos».
En La Habitación Saludable, lo importante es la nutrición. Aunque también tienen sede en Tomares, es en la de Los Bermejales donde se suelen desarrollar talleres, impartidos por cocineros con formación específica en nutrición y muchas veces en presencia de un especialista en este campus. Nacidos en 2013, muestran a elaborar recetas de diferentes culturas e incluso desarrollan campus con niños (más información aquí) para acercarles, desde pequeños, a una nutrición saludable y variada. Los cursos de elaboración de recetas se compaginan en la programación con otros que abordan temas relacionados cómo aprender a descifrar el etiquetado de los alimentos.
Spanish Olé es una empresa de turismo. Ofrece rutas, clases de español… y entre otras actividades, clases de cocina dirigidas a los turistas que quieren conocer la ciudad de otra manera.
Pulsa en el nombre de cada establecimiento para ir a su web: