Son restaurantes de Sevilla perfectos para ir con amigos y que ofrecen maneras divertidas de almorzar o cenar

 

Comer tiene muchas facetas, entre ellas echar un buen rato en grupo. La comida pasa entonces a un segundo plano donde lo importante es la diversión, aunque hay veces que es la propia comida la que es el centro de la fiesta, véase la paella de los domingos o la barbacoa veraniega. El cachondeo también se puede trasladar a la calle, ya que hay establecimientos que por su tipo de cocina, su temática o su decoración, tanto de local como de sus platos que están hechos para reír y compartir. Recorremos algunos en los que pasarlo bien en compañía en la provincia de Sevilla.

¿Conoces otros bares o restaurantes divertidos  en la provincia de Sevilla que admita? puedes decirlo abajo en comentarios o rellenando este formulario.

Aquí el mapa donde se ubican cada uno de estos divertidos establecimientos

Por paradójico que suene, hay restaurantes donde el comensal se tiene que “preparar” la comida, y ahí está la parte interesante. Es el caso de La Carboná en Castilleja de la Cuesta, que hace poco más de un mes reabría sus puertas con la misma fórmula que lo caracteriza desde 1970: servir solo filetes. El menú está claro desde el principio: ternera, cerdo o pollo, la ensalada de la casa, patatas fritas, una salsa de receta propia y secreta, aceitunas y una bebida, por 18 euros por persona. Además de no tener que poner de acuerdo a toda la mesa para pedir, el aliciente está en que los filetes se los preparan los clientes a su gusto en unas parrillas que se dejan en la mesa. Esto, sin duda, anima la reunión y lo convierte en un sitio muy recomendable para ir en grupo.

Los “hot pot” son otra opción para ir con más gente y echar unas risas, especialmente la primera vez que se visita uno. El Spicy Soul Hotpot de avenida de la Prensa, es un restaurante chino donde también hay que meterse en faena. Este tipo de comida se basa en una gran olla de caldo en la que se van cocinando los ingredientes que se elijan. Es toda una tradición en los países asiáticos para reunir a la familia en torno a la comida. Las mesas del restaurante tienen instalados unos sistemas para calentar las ollas de caldo, de los que hay varios tipos a elegir. Luego, en una tablet, se seleccionan los ingredientes, que van desde carnes, mariscos, pastas a verduras. Cada ingrediente tiene un precio que se va sumando según escoja el cliente, y también un tiempo de preparación sugerido del que informan en el restaurante. Ojo también a sus originales bebidas. En el centro de la sala hay una mesa buffet para elegir salsas y aderezos, y también pequeños delantales y gomas para recogerse el pelo. Entre que se le coge el truco a la olla y a “pescar” los ingredientes dentro del caldo, la diversión está asegurada. Te lo mostramos en este vídeo:

Si lo que buscas es deleitarte con la decoración a la vez que con la comida, el sitio es Dalí Cinema en Dos Hermanas. Como su nombre indica, rinde homenaje al pintor surrealista, por lo que no hay que extrañarse de encontrar escenas y recreaciones de sus obras y otros detalles impactantes como sillas en el techo. Sus cuatro comedores tienen diferentes ambientaciones, todas siguiendo la misma línea creativa que rompe los esquemas de quienes se sientan a comer. La vajilla y el emplatado tampoco dejan indiferentes: desde una cochinita vestida para los tacos a un calamar para presentar sus chipirones a la plancha. Tienen menús grupos si quieres compartir la experiencia juntando a todos tus amigos. Puedes ver cómo es aquí:

A Checkpoint Arcade Bar Sevilla se va a jugar, y de paso también a merendar, tomar algo para comer o beber un cócctel. Este establecimiento nació como un punto de encuentro para los aficionados a los juegos de mesa, con un catálogo de unos 100 juegos más los 1000 de sus máquinas de videojuegos retro. Con semejante oferta es imposible aburrirse ni pasar hambre: preparan batidos, tortitas, nachos, perritos calientes, montaditos, e incluso un gofre con pringá. Además de la compañía humana también se puede disfrutar de la perruna al ser un espacio en el que estas mascotas son bienvenidas.

En el caso de La Espuela en Castilleja de la Cuesta se precisa buscar amigos y familiares muy amantes de las lagrimitas de pollo. Aunque el restaurante tiene más opciones en su carta, están especializados en esta fritura, ofreciéndolas en más de quince combinaciones de ingredientes, como una versión pizza con tomate, mozzarella, pepperoni y bacon; las ibéricas con dos huevos fritos, chorizo y jamón; o Serranitas con jamón ibérico, queso viejo, tomate, pimientos, bacon, huevo frito y alioli, para aquellos con mucha hambre (no hay que olvidar que bajo todo esto están las lagrimitas). Y para los que quieran echar a volar la imaginación, dan la oportunidad de personalizar el plato dando lugar a mezclas impensables. Cada mes lanzan una edición limitada por las que han pasado ingredientes como crema de pistacho, o donuts, solo aptas para los paladares más arriesgados.

En esa línea de especialización están Hermanos Morales en Sevilla, que han hecho de uno de los montaditos más populares de Sevilla, el serranito, su buque insignia. Al igual que en La Espuela, tienen una carta más extensa que permite a los clientes elegir algo más que bocadillos, pero sus once variedades casi obligan a centrarse en ellos. Los configuran con varios tipos de carne: pollo, cerdo, ternera, y presa ibérica, que pueden ir a la plancha o empanados. Curiosa la combinación Serranito Bombón, que además de solomillo, pimiento, tomate y jamón lleva salsa al whisky, creando una fusión con otro de los montaditos más sevillanos. Además, se le pueden añadir ingredientes extra al gusto. Pero la actualización del montadito no acaba aquí, también han creado una versión de pescado con rosada empanada, queso lechuga, tomate y mayonesa. Y pensando en los veganos, un serranito libre de ingredientes de origen animal: calabacín empanado crujiente relleno de queso vegano, tomate, pimiento, alioli vegano y patatas fritas. Y para ponerle el final dulce, una buena opción para compartir es el pijama, con flan, helado, fruta, nata y sirope.

Uno de los serranitos de Hermanos Morales. Foto cedida.

Consagrados también al serranito, pero en Coca de la Piñera, Camas, está Casa Quini. Entre su carta de tapas, platos de carne, pescados y verduras está el apartado dedicado a montaditos con siete diferentes. De nuevo encontramos carnes variadas, merluza, y en modo vegetariano y vegano.

Y también centrados en uno de los manjares más sencillos, La Croqueta del Abuelo en Dos Hermanas, que como su propio nombre indica tiene como protagonista a la croqueta. No solo es ideal por sus veinte recetas de croquetas diferentes, si no porque se pueden pedir en tapa y ración con tres variedades a elegir o en media ración con dos, y el paraíso para cualquier croquetero, en modo buffet libre. Con esta opción llamada Locura Croquetera, por un precio cerrado de 17,90 euros (sin bebidas) y en todas las cenas de lunes a domingo en su local, se pueden comer todas las croquetas que se quieran de su carta (además de otros entrantes y ensaladas). También hacen pedidos para recoger y envíos a domicilio para llevar el paroxismo croquetil a cualquier parte.

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