Se trata de una iniciativa de la emprendedora sevillana Elisa Encina que ya ha abierto su primer establecimiento en Conil. Consiste en un rollo de arroz con forma de burrito y una mezcolanza de sabores mexicanos y japoneses en su interior.
No sabe ni a sushi ni a burrito, aunque sí mantiene la forma y la elegancia del primero y el sabor y la potencia del segundo. Así lo considera la emprendedora sevillana Elisa Encina Galnares artífice del burrimaki, una original elaboración gastronómica que fusiona dos de los productos más característicos de la gastronomía japonesa y mexicana. Ya ha abierto abierto su primer establecimiento en Conil de la Frontera y planea una próxima apertura en Sevilla durante el mes de septiembre.
El rollito en cuestión tiene el tamaño de un burrito. En su interior se encuentra el relleno a elegir, cubierto por una capa de arroz de sushi a la que recubre a su vez el alga nori o una hoja de soja, dependiendo si el relleno es carne o pescado. Además de envolverse en un papel para poder comerlo con las manos, el burrimaki se sirve acompañado de una salsa para mojar. Se puede escoger entre las tres de pescado (con salmón, atún de almadraba o langostinos en salsa corma), tres veganos (el dahl, el chilli con judía Azukis, y el babaganoush) y tres de carne (de cochinita pibil, de pringá, y el de tinga de pollo). Además, cuenta con tres mayonesas para acompañar, complementos para hacer más picantes las salsas, y totopos, similares a los nachos de comida tex-mex.
La inspiración de Elisa Encina para dar vida a esta creación proviene de San Francisco, donde trabajaba como consultora de marketing en una start up de Silicon Valley. Allí, descubrió el futumaki, similar a un sushi XXL. Tras su vuelta a España decidió emprender su propio negocio y la idea del sushi gigante que se transporta bien y era saludable y versátil volvió a cruzar su mente. Para desarrollar este concepto gastronómico tuvo el apoyo del empresario sevillano Miguel Ángel Noriega y el chef malagueño Sergio Garrido, premio Borriquete -distinción que concede la asociación de cocineros Los Borriquetes de Conil- en el año 2017.
La apertura en Conil, localidad de veraneo de Elisa, le está sirviendo a la emprendedora sevillana para testear las reacciones de sus clientes. Burrimaki sirve sus elaboraciones para llevar y también las envía a domicilio. Además cuenta con dos pequeñas barras habilitadas para el consumo in situ.
Elisa ya ha encontrado local en su Sevilla natal. Se encuentra en Triana. El próximo destins de Burrimaki será Madrid donde buscan tres locales para empezar a operar también en septiembre. La emprendedora sevillana apuesta por una progresión rápida de su negocio al contar con«la ventaja del primer movedor» que desea aprovechar.
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