El Restaurante Asador La Perdida ofertará a partir de mayo comidas y eventos privados en la finca a campo abierto en la que cría a sus vacas charolesas en Alcalá de Guadaíra.
Una vivencia que promete ser exclusiva e inolvidable. Deleite gastronómico y sensorial en un hermoso enclave declarado monumento natural en 2010 y en el que pastan en libertad y armonía blancas vacas charolesas. Degustar sus mejores carnes en este entorno privilegiado ubicado en la finca Huerta la Perdida de Alcalá de Guadaíra, lindando con el río Guadaíra y con vistas al Castillo de Marchenilla, será posible a partir de mayo. Se trata de un proyecto del propietario del Asador Gastronómico La Perdida, el sevillano Sergio Martín de la Rosa, que ofertará comidas y eventos privados en la misma finca de 240.000 metros cuadrados a campo abierto en la que cría a su ganado charolés, único en Andalucía. «Estoy tan enamorado y orgulloso de estos parajes tan bonitos que a veces ni los propios alcalareños conocen que me he decidido a abrirlos e integrarlos totalmente en la experiencia del asador», explica Martín de la Rosa.
Así, en constante contacto con la naturaleza y en una antigua porquera habilitada como espacio gastronómico, el propietario del asador La Perdida ofertará un menú cerrado que aún ultima con su chef Gonzalo Mancera en el que, como no podía ser de otra manera, la carne selecta de sus reses alejadas de toda cautividad y criadas con pasto natural hasta la plenitud de su vida, ocuparán un lugar fundamental. «Estamos acostumbrados a comer vacuno de pocos meses, alimentado en naves de engorde y sin pisar el verde. Nosotros solo sacrificamos a animales con más de siete años, lo que nos permite tener unas carnes de un una calidad excelsa», aclara el promotor de esta experiencia que confiesa tener siempre en mente «el respeto a la naturaleza y lo sostenible».
Los integrantes de las comidas y eventos privados de la finca Huerta La Perdida, que abrirá sus puertas a grupos de entre quince y treinta personas y sólo los fines de semana, podrán disfrutar de esta particular experiencia gastronómica tanto en el interior de la rehabilitada porquera, de aire rústico y encantador, como en los exteriores de la misma, a pie de vaca. «Contemplar a los animales pastando plácidamente mientras se disfruta de un almuerzo o cena es maravilloso y relajante a la vez», añade Sergio Martín de la Rosa que confiesa que comenzó a criar reses charolesas «casi por casualidad, al adquirir la finca. Quise optar por una raza tranquila y manejable, por eso las elegí».
Hoy no concibe su día a día sin pasear entre ellas, alimentar a Gedeón, el buey semental de La Perdida de más de 1.000 kilos de peso, o atenderlos a todos ellos junto al casero de la finca, que le acompaña en estas tareas. «Venir a este lugar merece la pena. Confío en que nuestros clientes valoren positivamente esta oportunidad gastronómica y vital«, concluye.
Las reservas para las comidas y eventos privados en Finca Huerta Perdida pueden realizarse contactando con el Asador Gastronómico La Perdida en el teléfono 954739342.
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