La confitería palaciega elabora un total de 120 pasteles diferentes entre los que sus propietarios, los hermanos Egea Vázquez, han seleccionado cinco siguiendo criterios de singularidad, tradición y/o demanda popular.

 

Con más de un centenar de variedades de dulces diferentes a sus espaldas, realizar una selección de los más significativos se antoja una tarea cuanto menos ardua para José Antonio y Jerónimo Egea Vázquez, propietarios y confiteros de la pastelería Pepita Vázquez de Los Palacios y Villafranca. Más aún cuando, en palabras de los hermanos Egea, «cada uno de nuestros pasteles tiene su propia personalidad, no hay ninguno que se parezca o sea una versión similar a otro».

Aún así, los hijos de Pepita Vázquez se han dejado guiar por criterios de singularidad, tradición, historia y demanda popular para establecer lo que consideran las cinco perlas más preciadas de su confitería.

  • Tarta de tocino de cielo, nata y nueces:

Es el dulce por excelencia de Pepita Vázquez, el más conocido de todos los que elaboran y el que ha dado gran fama a la confitería palaciega. Creado por Antonio Egea, esposo de Pepita y maestro repostero, en un intento de fusionar dos de los especialidades de su pastelería: el tocino de cielo y las nueces. Demandado por restaurantes de Madrid y Barcelona, se vende tanto en formato tarta como en porciones.

Tarta de tocino de cielo, nata y nueces, la más emblemática de la confitería. Foto: CosasDeComé.

Tarta de tocino de cielo, nata y nueces, todo un emblema de Pepita Vázquez. Foto: CosasDeComé.

  • Mostachón con nata:

A pesar de tratarse de un dulce típico de Utrera, la confitería palaciega también prepara sus propias lenguas de nata con un bizcocho algo más ancho que el utrerano. En esta línea, decidieron también crear una versión en formato pequeño de este pastel para lo que utilizaron los conocidos mostachones de Utrera.

La nata vuelve a ser protagonista de uno de los pasteles más conocidos de la confitería. Foto: CosasDeComé.

La nata vuelve a ser protagonista de uno de los pasteles más conocidos de la confitería. Foto: CosasDeComé.

  • Antonio:

Llamado San Antonio en sus orígenes, se le otorgó este nombre en homenaje al pastelero y creador de todas las elaboraciones de Pepita Vázquez, su marido Antonio. Se trata de un pequeño brazo gitano que tiene en su interior crema molida de almendras, yema y azúcar blanco. Lo realizan también con chocolate negro.

El brazo gitano 'Antonio' rinde tributo a Antonio Egea, maestro pastelero de la confitería. Foto: CosasDeComé.

El brazo gitano ‘Antonio’ rinde tributo a Antonio Egea, maestro pastelero de la confitería. Foto: CosasDeComé.

  • Capuchinas de cielo:

Pequeños bocados de gran demanda en los que de nuevo vuelve a aparecer la nata, aunque en este caso es opcional. Que no confunda su apariencia, este pastel no contiene tocino de cielo sino yema de huevo borracha.

El ingrediente principal de las Capuchinas de cielo es la yema de huevo borracha. Foto: CosasDeComé

El ingrediente principal de las Capuchinas de cielo es la yema de huevo borracha. Foto: CosasDeComé

  • ‘Pringaíta’:

Uno de los pasteles más originales de la confitería de Los Palacios. Recibe este nombre al simular el interior de la hoja de hojaldre a la carne de la pringá del puchero. Nada más lejos de la realidad, ya que el dulce contiene una base molida de almendras, avellanas y crema con reminiscencias árabes.

La pringaíta es uno de los pasteles más originales del establecimiento. Foto: CosasDeComé.

La pringaíta es uno de los pasteles más originales del establecimiento. Foto: CosasDeComé.

 

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