En el restaurante de Adrián Ramírez es casi imposible comer sin reserva. La cocina moderna y de fusión que ha introducido en Brenes incluye sushi, noodles, y tacos. Todo hecho por ellos

 

 

La pandemia llevó de regreso a Adrián Ramírez Navarro a Brenes para revolucionar su oferta hostelera. El restaurante Puro Picoteo que regenta desde mediados 2020 abrió a nuevas posibilidades a los breneros con una cocina de fusión en la que nada se compra preparado.

Adrián nació en Sevilla, pero fue a vivir a Brenes con 12 años. Se decidió a estudiar cocina en la  Escuela de Hostelería Gambrinus, no por vocación, si no por ser un sector donde podía encontrar trabajo fácilmente. Esta circunstancia le hizo descubrir la profesión de su vida, tal y como cuenta, ya que cuando trabaja no siente que lo esté haciendo.

Tras trabajar en la Costa Brava, Andorra… y vinculado a la familia Jubany, propietaria de Can Jubany (con una estrella Michelin), el covid lo llevó de vuelta a Brenes. Allí decidió abrir, junto a un socio que ya no forma parte del negocio, su propio restaurante en el que plasmar todo lo que había aprendido. El cocinero apostaba por una cocina diferente a lo que se suele encontrar en los bares y restaurantes de la localidad: «Al principio nos costó arrancar, porque nos salíamos de los caracoles y el solomillo al whisky, pero ahora hay que reservar para tener una mesa», explica.

Pulpo a la brasa con mortero de patatas al pimentón y fideos fritos de Puro Picoteo. Foto cedida.

Chipotle, brioche, bulgur, tirabeques… son nombres que hasta ahora no se encontraban en los menús de Brenes, pero que Puro Picoteo ha puesto de moda. Incluso se atreven con el sushi en seis variedades diferentes, casi todos tempurizados. Esta fórmula ha tenido tanto éxito que algunos clientes «protestan» si Adrián presenta algún plato más clásico. También lo hacen si quita de la carta algunos de los platos preferidos por el público, por eso trabaja con fueras de carta. La temporada es otra excusa para introducir nuevas recetas con, por ejemplo, setas o alcachofas.

La decoración del local transmite la misma modernidad que su carta. Foto cedida.

A pesar de ser una cocina de estilo y técnicas actuales, con una presentación cuidada, no recurren a atajos: todo lo elaboran ellos. Fumet, caldos de pollo… no hay nada que venga precocinado. Entre sus platos más destacados, el Canelón de pollo casero, bechamel de setas y jugo de su reducción o los Chipirón en tempura con mayonesa de kimchi. Aunque tienen algunas tapas, lo más habitual es pedir platos para el centro (aquí puedes ver la carta completa).

Cambiar la decoración del anterior local, también fue un reto. Era un mesón, con el aspecto típico de este tipo de establecimiento, muy alejado de los nuevos aires de Puro Picoteo. En tres años han hecho tres reformas, y poco a poco ha ido adquiriendo la apariencia que Adrián quería reflejar, añadiendo detalles como un nuevo suelo, azulejos, papel pintado… El mobiliario es muy colorido, y cada silla tiene un estilo diferente. Destacan las obras del pintor brenero Javi Cuevas, retratos de artistas famosos que componían una exposición que Adrián compró al entera para que formara parte de la decoración del local. Todavía queda por modificar la terraza, algo que harán este verano.

Lemon Pie, uno de los postres de Puro Picoteo. Foto cedida.

El local tiene capacidad para unas 80-90 personas, aforo que se completa prácticamente todos los días. Es casi imposible encontrar sitio si no se hace una reserva previa. La mejor demostración de que la cocina moderna de Adrián ha llegado a Brenes para quedarse.

Horario, teléfono, localización, carta y más datos de Puro Picoteo.

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