Se trata de una creación compuesta por los dos bizcochos típicos utreranos rellenos de nata batida y pestiños cubiertos de yema tostada que se preparan en la mítica pastelería desde hace tres años.

 

Nacieron de manera fortuita, casi por accidente. Hace tres años en la famosa confitería Cordero de Utrera se mezclaron por puro azar mostachones, nata y pestiños mientras se elaboraban individualmente cada uno de ellos. El sabor obtenido de esta fusión generada por capricho del destino resultó tan convincente que los propietarios de la confitería decidieron dar vida a un pastel propio conformado por estos ingredientes: los mostachones cofrades.

María Luisa Rodríguez Cordero, una de las socias del establecimiento, explica que comienzan a fabricarlos con la llegada de la Cuaresma y que su producción finaliza el Domingo de Resurrección. «Tienen dos mostachones más grandes de lo normal rellenos de nata batida y pestiños cubiertos de yema tostada», explica.

El mostachón cofrade de la confitería Cordero se cotiza a 8,95 euros la unidad y contiene unos 5 o 6 porciones individuales. Pese a ser una elaboración vinculada con la Semana Santa utrerana, Cordero también las elabora por encargo durante todo el año.

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