Casa Eugenio, el popular bar de Tomares, comienza una nueva etapa bajo la gestión del hostelero Antonio Rodríguez. El sitio mantiene intacto su estilo y sus especialidades más conocidas: la carne a la brasa, el pescado frito y el guisoteo. Atención a la serradura que ponen de postre

 

El hostelero Antonio Rodríguez lidera la nueva etapa iniciada por el conocido bar «Casa Eugenio» de Tomares, un establecimiento de cocina clásica situado en la calle Cristo de la Veracruz y muy conocido en la ciudad, especialmente en la etapa en la que estuvo al frente Eugenio Hurtado, que le dió nombre al local, que se fundó en la década de los 80 con el nombre de Bar Cabeza.

Antonio Rodríguez, 57 años, natural de Gelves y de familia hostelera (su familia regenta el bar Costa Brava en Camas) se hizo  cargo del establecimiento en el pasado mes de marzo, aunque lo conocía bien ya que estuvo trabajando junto a Eugenio Hurtado varios años, hasta que se jubiló.

Antonio señala que «hemos seguido el mismo estilo que tenía Eugenio. Todo se hace aquí, casero y seguimos especializados en pescados, sobre todo fritos, carne a la brasa, que acompañamos con mojo y algo de guisoteo».

Pijotas fritas del mesón Casa Eugenio. Foto: Cosasdecome.

Eso si Antonio ha cambiado algunas costumbres de la casa y ya cuentan con carta escrita. Si siguen en la carta platos tan singulares como las papas aliñás que elaboran en el sitio y que son muy peculiares. Así se sirven sobre un poco de salmorejo, muy poco, dos o tres cucharadas, situadas en la base del plato y que le dan un toque muy personal. Las papas también tienen un aliño que se aparta del típico de cebolla y perejil. Así lleva pimientos verdes y rojos, además de huevo y atún.

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También se mantiene otro plato curioso, la «serradura» un postre típico de Portugal y que combina galletas en pequeños trozos, nata y leche condensada.

Antonio resalta que trae el género marinero de una pescadería de Gelves, su localidad natal. «Porque llevo mucho tiempo trabajando con ellos y me sirven muy buen género». Este hostelero resalta que «nací literalmente en un bar porque mis padres vivían encima del establecimiento y yo nací en casa, por lo que esto es mi vida».

Suelen tener siempre acedías, pijotas, cazón en adobo, chocos o boquerones al limón y «a ello añadimos otras cosas que nos llegan y que ponemos fuera de carta. Este fin de semana, por ejemplo, hemos tenido rodajas de merluza fritas o salmonetes». Además suelen tener también coquinas y almejas y gambas cocidas.

El hostelero Antonio Rodríguez, junto a su esposa tras la barra del establecimiento. Foto: Cosasdecome.

El segundo apartado más importante de la casa son carnes de cerdo ibéricas. Tienen presa, secreto, lagartito a lo que suman pollo o churrasco de pollo y cerdo. Todo lo acompañan con patatas fritas y mojo, que también elaboran ellos. En verano cuentan con una barbacoa para las carnes que sitúan en el patio del establecimiento y que usan para las cenas.

En invierno la cosa cambia y el calor se lo aporta al bar una chimenea que tienen en el salón. Antonio resalta que a partir de ahora empiezan a ser muy solicitados los guisos que elaboran como el menudo, unas albóndigas de pollo o las espinacas con garbanzos. Además, cuando hace frio, hacen migas los fines de semana o arroz.

La carta se complementa con mas aliños, ensaladilla o algunas frituras como croquetas o un San Jacobo casero.

El sitio cuenta con terraza en un patio interior y parcialmente cubierta, un comedor, donde está la chimenea y decorado con cuadros muy coloristas y una barra donde se pueden tomar algunas tapas. En total pueden dar de comer a unas 200 personas.

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