Oliver Nieto y Sandra Margarita Ferreiro regentan en La Puebla del Río una peculiar pizzería en la que elaboran también unos originales bocadillos (atención al serranito de la casa). También aprovechan el horno para elaborar de madrugada las carnes que utilizan para sus creaciones
Oliver Nieto es una persona inquieta. Tiene varias empresas, entre ellas una de fabricación de pantallas gigantes de video. Hace ocho años, en la planta baja de su casa y junto a su pareja, Sandra Margarita Ferreiro, decidieron montar una pizzería con varios rasgos singulares: Primero hacen pizzas más bien de estilo romano, un poco apartado de las de estilo napolitano (bordes gordos) que están ahora más de moda. Pero a los Nieto Ferreiro no le gustan las cosas convencionales así que montaron en su pequeño establecimiento, que tan solo tiene 4 mesas, un horno alimentado con leña que alcanza los 500 grados de temperatura y que permite darle a los productos que se asan en él un toque ahumado ya que la madera prende en el mismo espacio en el que se hacen los alimentos.
Nieto ha optado por la singularidad en todos los sentidos y para promocionar el negocio familiar puso en marcha un canal de tiktok, que cuenta con más de 14.000 seguidores y donde relata como elabora uno de los productos característicos de su establecimiento, unas cabezas de lomo y contramuslos de pollo que hacen a baja temperatura dentro de unas ollas de barro. Las elaboran cuando cierra la pizzería y aprovechando así los rescoldos de la leña. «La carne se lleva más de doce horas haciéndose y queda muy tierna» destaca Oliver.
Estas dos carnes son las grandes protagonistas de la historia, además de las pizzas que elabora Sandra Margarita. «La masa es de larga fermentación. Se lleva reposando 48 horas», señalan. Margarita, de padre cubano y madre siciliana, conoce bien este producto. Consiguen una masa esponjosa que luego, al someterse a la altísima temperatura del horno, alcanza un toque crujiente en el exterior, en la zona que no queda cubierta por el relleno de la pizza.
El horno se alimenta con leña de olivo y encina. Los clientes del establecimiento lo pueden ver ya que está a la vista del público, detrás del despacho donde se prepara la comida. El sitio es pequeño, tan solo hay cuatro mesas y está presidido por una gran pantalla de video de las que fabrica Oliver y que emite música ambiente acompañada con imágenes de naturaleza…como para dar paz al momento pizzero.
De todos modos la principal actividad de la firma es la comida a recoger y el reparto a domicilio que tienen en La Puebla y en Coria.
Las carnes que elaboran a baja temperatura son el ingrediente principal de las especialidades más vendidas de la casa: La «Dehesa» que lleva carne de cabeza de lomo de cerdo deshilachada con queso de cabra y cebolla crujiente, la campera que va con la carne de pollo hecha a baja temperatura, pimiento, cebolla, tomate natural y jamón de York o la «Marisma» que va con salsa carbonara, champiñones, cebolla, huevo y aceite de albahaca.
La carne se guisa en el horno sumergida en un caldo de carne con especias. Se la compran a otro ilustre de La Puebla, la carnicería de Felipón, un establecimiento con un llamativo surtido de productos:
Las pizzas son de tamaño generoso (33 centímetros de diametro más o menos) y todas se aderazan con orégano. Oliver destaca que «en el horno están apenas un minuto y medio por la alta temperatura que alcanza y el ahumado le da un sabor muy especial».
La carta del establecimiento tiene una segunda pata que también hay que probar y que son sus bocadillos. La primera singularidad de ellos es el pan, unos generosos panes tipo chapata que elabora la panadería de Eloy Moreno de La Puebla. Los bocadilllos los terminan también al horno lo que le de a las piezas panaeras un sabor también bastante original.
«Los bocadillos apenas están 30 segundos en el horno pero eso les da un toque especial» destaca Oliver. Tienen uno con la carne de cerdo y otro con la de pollo. En ambos se agrega al relleno lechuga, tomate en rodajas, cebolla crujiente y un poco de queso tipo Gouda. En el caso del de cerdo se agrega a la fórmula salsa barbacoa y en el de pollo, salsa alioli.
Ahora bien, si eres de Serranitos, como es nuestro caso, no hay que perderse la versión de la casa. Aunque lo suelen tener fuera de carta ahora lo han incluido también dada la demanda del público. Es uno de los pocos serranitos de Sevilla que se hace con buen pan, el del panadería Eloy Moreno, lo que le da ya una característica fundamental. El pan de chapata lleva dentro la carne de cerdo o la de pollo deshilachada, pimientos verdes que también hacen al horno de leña, jamón serrano y tomate en rodajas. El resultado es un bocadillo muy jugoso y que, a pesar de su tamaño generoso, no se hace pesado y cae del tirón…al menos eso me paso a mí. Para acompañar patatas fritas del tipo feria.
El lado más creativo de Oliver se deja ver en las hamburguesas de la casa, un terreno en el que también se han metido. Ahora cuentan con hamburguesas de autor que van cambiando. Así, la Madonna, una de las últimas incorporaciones de la casa, lleva pan brioche relleno con guacamole, queso, tomate, lechuga y luego contramuslo de pollo empanado. Hay otra también de carne de ternera picada y especiada por ellos mismos y que se acompaña con queso de cabra y mermelada de frambuesas.
También utilizan las carnes que elaboran al horno para hamburguesas y burritos mejicanos.
Aquí puede verse un video grabado por el propio Oliver donde se ve como preparan los bocadillos:
Ofrecen también pizzas dulces para el postre y cuando le queda tiempo Oliver elabora también croasanes. «La cabeza aquí no para de funcionar, destaca».
Dos últimas cuestiones importantes, el sitio, aunque tiene pocas mesas, admite reservas, pero no acepta pagos con tarjeta de crédito.
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