Mancera es cliente del establecimiento desde «que era un niño», y mantendrá intacto el estilo y la estética del local. La reapertura, tras las vacaciones veraniegas, está prevista para el 28 de agosto
La escena tuvo lugar el sábado 29 de junio de 2024, cerca de las cinco de la tarde y delante del mostrador de azulejos de medallón, presidido por 3 tiradores de Cruzcampo y un ventilador de techo de 3 aspas. Curro López, 66 años, camisa celeste, como de lino, sacaba un pequeño objeto como de cartón y en forma de cilindro. Dentro, un papiro que hacía referencia a la Venta Los Conejos. Emocionado, no es para menos, porque ha gestionado la venta familiar desde 1968, cuando solo tenía 10 años y sus padres abrieron el negocio, poniéndolo a su nombre, entregó las riendas del establecimiento al cocinero Gonzalo Mancera, cliente de toda la vida del sitio y que se hace cargo del establecimiento «porque es en el único que te tenido confianza toda la vida para dejarle esto».
Curro López León se jubila y también lo hace Pepi Jiménez, su esposa y a la que Dominga León, la madre de Curro, había legado las recetas del conejo en salsa, en tomate, al ajillo y frito, las cuatro especialidades que han dado fama universal a este establecimiento situado en Mairena del Alcor, en pleno campo y junto a un desguace de coches.
Gonzalo Mancera tiene 50 años. Nació en Alcalá de Guadaíra. Recuerda el día después de su Primera Comunión, cuando sus padres para celebrar ya más en familia el acontecimiento lo llevaron a la Venta Los Conejos. «Ibamos mucho pero yo el recuerdo más antiguo que tengo es de ese día». «Le dije a mi madre que quería arró y de postre un pijama». «¿Pero como te vas a comer tú solo, eso?»….pero una madre jamás niega a su hijo un deseo de día después de Primera Comunión y Gonzalito tuvo en la mesa su postre con melocotón en almibar, tarta helada, piña en almibar y un peazo de flan que cubría media fuente».
«He venido con amigos, en pareja, en familia…e hice mucha amistad con Curro». Teníamos una broma común. «Yo le decía que cuando se jubilara yo querría quedarme con esto». «Hace un par de años, Curro ya pensó seriamente en jubilarse. Me comentó que había llegado el momento y que quería que yo me quedara con la gestión de la venta. Hablamos, hablamos mucho y me decidí»…
Gonzalo Mancera tiene un currículum de esos de brillo en la cocina sevillana. Estudió en la Escuela de Heliópolis de Sevilla, la pública, y luego en Bellamar en Marbella. Fue de los que formó parte de Hacienda Benazuza, el proyecto de Ferrá Adriá en Sevilla y luego han venido estancias en hoteles de importancia. Su trabajo se hizo espcialmente conocido en los 11 años que estuvo en las cocinas del Hotel Bécquer en Sevilla. Luego, em 2008 montó negocio propio en Alcalá, la taberna Gastrogon. Lo dejó para trabajar en otro proyecto singular el asador La Perdida, una potente propuesta de alta cocina en torno a la carne de vacuno que llegó a obtener el sello de establecimiento recomendado por Michelín. Finalmente Gonzalo regresó a su negocio de Alcalá, centrado en la cocina innovadora y de fusión y que mantiene abierto en la actualidad. De hecho compaginará su taberna con la gestión de Los Conejos.
Lo del «traspaso» de Los Conejos no ha sido algo improvisado. Gonzalo Mancera lleva un año trabajando en el establecimiento para «comprender perfectamente como funciona y mantenerlo tal como está, sin cambiar absolutamente nada».
Curro le ha ido enseñando todas las claves junto a Ramón Marín, el encargado y mano derecha de Curro, que seguirá en el establecimiento al igual que el resto del personal. Pepi, la esposa de Curro, le ha detallado todas las recetas y las claves del «ojímetro», como le llamaba ella a la forma de preparar las recetas. «Aquí todo lo hacemos a ojo, sin medir mucha las cantidades» señalaba Pepi a Gonzalo.
Gonzalo señala que «tras todo este trabajo conozco bien la forma de funcionar del establecimiento, todas sus claves y puedo hacerme cargo de todo con tranquilidad. Mi idea es estar en la cocina, pero luego también salir a comedor a ayudar a Ramón».
La venta se mantendrá de la misma manera, con sus tres comedores en los que cuelgan un millar de cuadros con recuerdos, muchos recuerdos, con la barra de azulejos y la terraza con su momumento al Quijote hecho con piezas de desguace, sus bollos de medio kilo de la panadería de Pepe de Viviana para empezar la comida con sus aceitunas aliñás, su pijama de postre y las galletas con chocolate. La carta, cuando reabran en agosto, seguirá igual, incluidas las dos últimas incorporaciones que hizo Gonzalo cuando se incorporó: unas croquetas de conejo y un guisos de fabes con la misma carne. No faltarán las papas fritas con huevo y «mantendremos los precios» señala Gonzalo Mancera.
El establecimiento volverá a abrir el 28 de agosto ya con Gonzalo al frente y Curro señalando que «de vez en cuando me tendré que pasar por aquí…que he estado 56 años…
Horarios, localización, teléfono y más datos de la Venta Los Conejos, aquí.
Aquí un reportaje con la historia del establecimiento:
…Y además
Y aquí un video sobre la Venta Los Conejos: