Los hermanos Hervás regentan ahora el histórico establecimiento de la Avenida de Sevilla. El sitio mantiene sus platos de éxito como el arroz cortijero, aunque han renovado estéticamente el local y también incorporado nuevas especialidades

 

En la zona de tapeo está la foto de Rafael Pérez, el fundador de La Pachanga junto a su hijo, del mismo nombre. Los hermanos Hervás, que desde el pasado mes de marzo regentan el establecimiento de Los Palacios, quieren, de alguna manera, continuar la historia de este sitio que ha sido uno de los grandes de la población.

Por eso, en la fachada también se mantiene, bien grande, el nombre de La Pachanga junto al de los nuevos propietarios Hermanos Hervás, otra familia hostelera de prestigio de la localidad ya que durante más de quince años ha regentado también la venta Hermanos Hervás en la avenida de Utrera. La saga de la familia, de todos modos, la inició Francisco Hervás Ibáñez allá por el 21 de septiembre de 1980 cuando puso en marcha en bar Frasquito.

Los lazos de los Hervás con la familia Pérez Amuedes son muchos, y por eso han querido mantener los rasgos principales de La Pachanga, que cerró sus puertas en junio de 2021, por lo que ha estado menos de un año cerrado. Para Mari Romera López y su esposo Luis Hervás, los recuerdos son especialmente importantes ya que trabajaron incluso en La Pachanga. De hecho La Pachanga y la venta tenían platos comunes como el famoso arroz cortijero que también está ahora en la carta del nuevo establecimiento.

Ramón Hervás, Ana Romera, Luis Hervás y Mari Romera, los gerentes del establecimiento. Foto: Cosasdecome

Ahora el sitio está regentado por Mari y Luis y también Ramón Hervás y Ana Romera, sobrinos de la pareja. Aunque el exterior es muy similar a la antigua Pachanga el interior se ha remozado visiblemente, sobre todo a la entrada, en la zona de tapas. De la decoración se han ocupado la propia familia en colaboración con Rafael Persa. La zona de tapas, decorada con sillas y bancos muy coloristas, tiene también una amplia barra con un tapero donde se exponen los aliños de la casa. Del techo cuelgan plantas y en la pared hay incrustada una cava de vinos.

También han sido remodelados los dos amplios salones con los que cuenta el restaurante, uno para 150 personas en la planta baja y otro de 100 en la alta. A ello hay que sumar una amplia terraza, parte de ella cubierta. Han cuidado todos los detalles. Los camareros lucen camisas blancas y mandiles color arena y todo el personal de cocina lleva unas llamativas chaquetillas de cuadros negros y blancos.

Mari Romero señala que «hemos mantenido el estilo de la venta de los hermanos Hervás y también el de La Pachanga, porque eran muy parecidos. Seguimos caracterizándonos por nuestras raciones generosas, por nuestro menú del día y por cuidar todos los detalles». Los salones están llenos el martes 14 de diciembre cuando vamos a hacer el reportaje. Sobre las mesas ya preparados bollos de pan y paquetes de picos de la conocida cooperativa Upanpa de Los Palacios.

Funcionan dos cartas. Primero hay una de tapas para la barra y las mesas altas y bajas situadas junto a ella. Hay ensaladas, aliños, las famosas berenjenas rellenas de la casa, varios tipos de croquetas, guisoteo, incluida una paella que se hace al mediodía, montaditos, pescado frito y no falta tampoco el pollo frito o puntas de solomillo servidas con varias salsas. El precio de las tapas está en torno a los tres euros.

De lunes a viernes sirven también menú del día con varias opciones tanto de primero como de segundo. También han incorporado algunos platos con un estilo más moderno como un gambón en tempura o un bacalao confitado que adornan con verduras y una crema.

En el comedor se come a base de platos y raciones. La oferta gira más bien en torno a propuestas clásicas. Se repite la misma estructura de la barra con aliños, frituras de pescado y una amplia oferta carnívora. Aquí unen un apartado de arroces con la paella de la casa, un arroz negro otro meloso de gambón y el cortijero, una fórmula que se ha hecho famosa en Los Palacios y que lleva solomillo de cerdo, espárragos o habas.

También mantienen otro plato de éxito la fritura de la huerta, un generosísimo plato de verduras en tiras fritas. Han incorporado también a la carta un apartado de propuestas más novedosas con unas patatas bravas con espuma de alioli  o un nido de lagartito ibérico y huevo. Los precios, también en la zona de comedor, están bastante cuidados. La gran mayoría de los platos no supera los diez o los doce euros.

El arroz cortijero. Foto: Cedida por el establecimiento

Ofrecen también postres de elaboración propia también en la línea clásica con flan o tarta de queso.

Horarios, localización, teléfono y más datos del restaurante Hermanos Hervás La Pachanga, aquí.

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