El restaurante de La Puebla de Cazalla ofrece un catálogo de desayunos amplio y muy cuidado desde las cinco de la madrugada
La última incorporación que ha hecho Sara Partida a la carta es una manteca colorá que hace ella misma con pella ibérica y tropezones de cabeza de lomo. De todos modos, por el momento, no le quita el primer puesto en popularidad al «majaíllo», una especie de salmorejo que elaboran ellos mismos, un poco más denso y que sirve para aliñar el amplio catálogo de tostadas que ponen en el restaurante Venta La Viña, un veterano local situado a la salida de La Puebla de Cazalla, en dirección a Marchena.
La actividad comienza pronto, a las cinco de la madrugada. A esa hora la barra la ocupan algún trabajador que se toma un «pelotazo» de anís para «aclimatarse» a la mañana y los primeros clientes de paso que buscan el desayuno. No cabe duda de que la oferta es variada y, además de calidad. Bastantes tipos de pan, un buen surtido de rellenos y los viernes y los sábados (además de festivos) churros de rueda, con una masa esponjosa y de corteza crujiente, como mandan los cánones de los buenos calentitos de Sevilla.
La barra del establecimiento. Foto: Cosasdecome.
Cuentan con varios tipos de pan. Así de la panadería Pueblapan traen unas piezas conocidas con el nombre de «pan francés» a lo que unen pan de chapata, piezas gallegas, mollete o pan de bollo. A ello unen el mollete típico de la vecina población de Marchena e incluso un pan de Quinoa que traen desde Morón.
Pero si el surtido de panes es amplio no se queda atrás el surtido de «rellenos». Así tienen varios tipos de chacinas, de patés y de mantequilla. Sobre las mesas aceite de oliva virgen extra «Soberbio» de la cooperativa «Oleand» de La Puebla de Cazalla y en la barra agua fría en jarras para que se lo sirvan los propios clientes.
El pan francés, un curioso pan elaborado por Puebla Pan y que es una de las estrellas de los desayunos del establecimiento. Foto: Cosasdecome.
En los rellenos los más solicitados son el jamón y también la carne mechá. Es muy habitual que los clientes acompañen a estos productos con un chorro de «majaíllo», una variante de la jarría (versión de la Puebla de el salmorejo), que se utiliza en esta población para untar el pan o también para sopas, según recoge el blog del morisco.
Sara destaca «que en la cocina elaboramos nuestra propia vesión de este producto típico de La Puebla».
Pan de La Puebla de Cazalla con carne mechá. Muchos clientes le añaden un chorro de aceite de oliva y un poco de majaillo. Foto: Cosasdecome.
Pero el establecimiento no solo abre para desayunos, también ofrece almuerzos a la carta, tapeo y un conocido menú del día. «Los días buenos llegamos a vender 60 o 70 menús» resalta Sara Partida. Los platos estrella de la carta son las papas arrieras y la carillada en salsa. En los postres la tarta de la abuela.
El comedor del establecimiento. Foto: Cosasdecome.
La venta restaurante La Viña se puso en marcha en el año 1990 con el nombre de «La Cuadraíta», aunque en el año 2005 pasó a llamarse la viña en honor a que existían algunas en las inmediaciones. El sitio es amplio y tiene su encanto. Hay terraza, parte de ella cubierta y luego dos salones decorados con objetos relativos a la tauromaquía, la gran afición de David Partida, el padre de Sara. Son ellos los que gestionan actualmente el establecimiento. Ahora abren menos tiempo ya que se han visto obligados a cerrar los domingos «porque no encontramos personal suficiente para atender al público».
David Partida y su hija Sara tras la bara del restaurante Venta La Viña Foto: Cosasdecome.
Horarios, localización, teléfono y más datos del restaurante Venta La Viña, aquí.
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