La familia Álvez, los que abrieron la Venta Bobito, distribuyen ya su famoso producto por toda la geografía española gracias a una pequeña fábrica que han puesto en marcha en la localidad y que elabora ya más de 300 kilos cada semana

 

Debajo de la mesa de trabajo se alinean hasta 7 gigantescas ollas con capacidad para más de 30 kilos de productos cada una. Están más brillantes que una medalla de oro de los Juegos Olímpicos. A su lado se alinean cinco fuegos donde a llama lenta y durante más de cuatro horas de cocción y mucho trabajo con las espumaderas se hace la divina pringá que ha dado fama a la Venta Bobito de Valencina de la Concepción.

La fórmula magistral que comenzará a hacer en la década de los 70 Angelita Rodríguez y que luego ha perfeccionado su nuera, Manuela del Bot, hasta convertirla en un producto para sibaritas, no para de dar alegrías. En septiembre de 2023 la familia decidió dar un paso adelante y, debido a la demanda del público que pedía la pringá no solo para desayunar, sino para llevársela a casa, decidieron abrir una pequeña fábrica junto a la venta para elaborarla con más garantías sanitarias. «La fórmula y la forma de hacerla sigue siendo exactamente igual» destaca Javier Alvez, el representante de la última generación de esta familia hostelera que empezó su relación con el mundo del comé y del bebé allá por 1890, con el tatarabuelo de Javier.

La pringá de La Venta. Foto: Cedida por el establecimiento.

Las cosas han ido tan bien que la familia Alvez ha dejado ya incluso la dirección de la Venta Bobito, que regenta ahora un veterano empleado de la casa, para ocuparse unicamente de la pequeña fábrica que tienen junto al establecimiento y que elabora unicamente pringá, tanto para la venta que está al lado como para comercializarla ya en varios puntos de España. «Funcionamos por el momento solo con el boca oido – señala Javier -. No hemos hecho nada de promoción. Los clientes van hablando uno con otros, una tienda se lo comenta a otra, un restaurante la prueba y funciona muy bien y así vamos ampliando los clientes. Lo queremos hacer además con mucha tranquilidad porque somos conscientes de que el producto que manejamos es muy artesanal y tiene sus limitaciones».

La pringá no cabe duda de que tiene características muy peculiares. Una de las cosas curiosas es que se ha ido transmitiendo «de nuera en nuera». De Angelita Rodríguez, pasó a Manuela del Bot y ahora es su nuera, Mirian Macías Pérez, de 39 años, la esposa de Javier,  la que ya conoce también la fórmula.

Pero las peculiaridades de este producto, que lleva a peregrinar hasta Valencina, a personas de toda la provincia en busca de los bollos y molletes rellenos con el producto, son muchas. Manuela del Bot, la cocinera que ha protagonizado los años más gloriosos de la Venta Bobito, es la que elabora el producto junto a su nuera. A pesar de que ya elaboran 300 kilos de pringá cada semana, «seguimos haciéndola de la misma manera. Yo cocino a ojo. No miro las cantidades. Voy mezclándolo todo conforme me va diciendo la intuición y lo mismo hago para ver cuando todo está en su punto. No miro el reloj».

Bobito de la Venta El Bobito

La pringá de «La Venta» la marca comercial que han escogido para el producto lleva chorizo, morcilla, tocino de papada y entreverao, carne de cochino, normalmente de la zona de la pata, un poquito de aceite, ajo y especias. Dicen que una de sus virtudes es «que no se repite, que no se hace pesada». «Yo no sé porque ocurre esto» señala humilde Manuela, aunque quizás influya el hecho de que el refrito del producto se hace en aceite y no en manteca.

La cocinera resalta «que el proceso es muy laborioso. Primero lo picamos todo a cuchillo y se utilizan dos tipos de cocción, tanto en olla express como en olla normal. Es fundamental, en la parte que se hace en olla normal, estar continuamente con una espumedera removiendo el producto e ir rompiendo más los trozos de carne con ella. No debe quedar como un paté, sino que se aprecien los trozos de cada ingrediente», destacan.

José Antonio Alvez con los envases de la pringá de La Venta. Foto: Cedida.

Una vez que el proceso ha terminado, la pringá se envasa en tarrinas de medio kilo, de uno y cubos de 4,5 kilos. Entonces se introduce en un abatidor de temperatura que enfría el guiso de forma rápida permitiendo así que se conserve más tiempo sin necesidad de incorporar ningún conservante. La pringá se comercializa refrigerada o congelada. La refrigerada se conserva en frigorífico durante 40 días y la congelada se puede tener guardada en el congelador durante 6 meses.

Javier Alvez destaca que «es un producto sin gluten y sin lactosa, completamente natural y esto también es destacable».

«El proceso es completamente artesanal, como lo hacíamos en la venta» señala Manuela del Bot. Desde que empezaron a envasar la pringá, dedibo a la demanda del público, en el año 2019, no paramos. Recuerdo el día exactamente. Fue un 19 de marzo cuando pusimos a la venta la primera tarrina. Nos dabamos una pechá de trabajar tremenda. Por la mañana atendíamos la venta, luego los almuerzos y cuando terminaba el servicio nos poníamos a fabricar la pringá. La situación era insostenible porque no parabamos de trabajar y por eso hemos decidido dedicarnos tan solo  a elaborar la pringá».

Bodegón de la pringá, rodeada de los ingredietnes que lleva. Foto: Cedida.

La Venta Bobito la gestiona ahora y desde septiembre de 2023, Santiago Tamayo, uno de los trabajadores más veteranos del establecimiento. De hecho Santiago, que ahora tiene 35 años, comenzó en la venta con 17. El sitio conserva todo igual, tanto la carta como la estética.

Manuela y José Antonio Alvez, su marido, le han enseñado todos los secretos del negocio a Santiago y todas las recetas. El sitio mantiene su peculiar decoración a la entrada, con una imponente colección de botellas de cerveza. La única innovación está en el estreno de un nuevo desayuno un «bobito», pan con la pringá dentro, al que se le incorpora un huevo frito para darle más brillo aún a la cosa.

Colección de latas y botellas de cerveza de la Venta Bobito. Foto: Cosasdecome

El establecimiento también hizo famosos sus «roscones» de pringá, unas roscas de pan que pidió un año un cliente y que se convirtió en otro éxito de público y crítica del histórico local. La cosa funcionó también que mantienen una versión «rosca» durante todo el año.

La venta Bobito de Valencina inventa el «roscón» de pringá

Javier Alvez y Miriam Macías destacan que la pringá llega ya a Madrid, a Albacete, a Toledo y a otra decena de provincias más. Ahora están negociando ofertas para la distribución del producto en diversas zonas de España, sobre todo en el País Vasco, donde está teniendo mucha aceptación. En la provincia de Sevilla, la distribución la tiene ya la carnicería Arcos Ibéricos de Utrera, que la tiene también en la tienda que poseen en esta localidad.

El próximo mes de octubre la pringá de «La Venta» se presentará de forma oficial en la provincia de Cádiz dentro de un singular acto que tendrá lugar en las Salinas San Vicente de San Fernando donde el producto figurará como uno de los rellenos en un singular «combate a molletes» que tendrá lugar en las salinas y en los que la pringá se podrá probar en el interior de dos laureados molletes andaluces, ambos con dos siglos de historia, el del horno Cantareros de Marchena y el de la panadería Eustaquio de Prado del Rey. Ambos utilizan aún hornos de leña para elaborar el pan.

A petición de los lectores vuelve el duelo de molletes en las Salinas San Vicente… será el domingo 6 de octubre

Los Alvez están muy contentos con «como nos están acogiendo pero queremos mantener los pies en el suelo  e ir dando pequeños pasos para que este producto no pierda su identidad. Se puede contactar con la fábrica de pringá de La Venta en el teléfono 663914806. No tienen venta al público pero la pringá se puede probar y comprar en la vecina Venta Bobito.

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