El hostelero Antonio Sánchez, el de El Pesquero, abre Talegamar en el mercado de El Arenal, una cervecería de cánones clásicos con marisco, tapas frías y montaditos
Barra larga, doble contrabarra y mesas altas con banquitos en la terraza. Mostrador de acero inoxidable. En el suelo varias papeleras dispuestas para echar allí las cáscaras de la actividad marisquera. Encima de la tapa tan solo el tirador de la Cruzcampo, dos ensaladeras con aceitunas aliñás y unas cebollitas y muchos servilleteros que te harán falta para quitarle ese bendito caldito que te dejan las gambas.
La ración de «blancas» está a doce euros igual que la de langostinos, que vienen de Isla Cristina. «La ración es de 200 gramos, igual que las cigalita» señala Antonio Sánchez Martín hostelero y uno de los mayores especialistas en marisco que hay en la ciudad. El pasado 15 de mayo abrió en el mercado de El Arenal, donde tiene también su famoso restaurante El Pesquero, la cervecería Talegamar.
Lo del nombre tiene su historia. La familia de Antonio Sánchez era conocida en Gelves como «Los Talega». La cosa viene de su abuelo, que era muy alto y, sin embargo, su abuela era muy baja. «Por eso decían que era como una talega de él…y de ahí el mote». El hostelero quiere así homenajear a su familia y a sus orígenes.
El establecimiento ocupa dos puestos del mercado. No hay cocina, solo tapas frías y lo único que va calentito son los montaditos que preparan con pan de «baguetinas», un clásico de este tipo de bocadillos y que cada día se ve menos por los bares, sustituido por otro tipo de panes.
Sánchez ha mantenido todos los clásicos de una cervecería sevilllana. Como tarjeta de presentación te ponen unas aceitunitas o unos altramuces, los picos, que le sirve la firma Picolé, son los que se conocen como de «viena», un pico grande que se caracteriza por una masa muy ligera y crujiente, un novio «perfecto» para la ensaladilla.
Logicamente hay ensaladilla y aquí también se opta por la versión más clásica: con atún, pimientos morrones, huevo duro y hasta guisantes, otra especie en extinción. Plato blanco, ovalado, nada de fantasías. Hay también huevos rellenos, papas aliñás, salmorejo con lascas de bacalao, papas alioli, picadillo de huevas de merluza y de melva.
Tienen también algunas tostas y montatidos también con rellenos clásicos como las gambas alioli, la melva con pimientos morrones, el lomo en manteca y el lomo mechado al Whisky. Las tapas salen en torno a los tres euros y no falta tampoco la mojama, las huevas de maruca o los boquerones en vinagre.
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Todo está expuesto en una vitrina incrustada tras la barra junto a un timón de barco y un letrero de Neón llamando a la Cruzcampo. Aquí lo fuerte es el marisco «y a buen precio» destaca Sánchez: gambas blancas, cigalitas, langostinos, gambas rojas y pecho de cangrejo.
El marisco también lo venden para llevar al peso.
No hay reservas y la idea según Sánchez «es que la gente venga aquí a pasar un buen rato, a tomar una cerveza con algo de picar de forma informal. Esto no tiene nada que ver con El Pesquero, que es un sitio para comer en mesa y con el servicio que ello requiere. Aquí ofrecemos algo más informal, la típica cervecería sevillana».
Aquí un video de Talegamar cedido por el establecimiento:
Aquí puede verse la carta completa del nuevo establecimiento.
Horarios, localización, teléfono y más datos de la cervecería Talegamar, aquí.
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