El establecimiento se llamará «Martirio» y ofrecerá cocina de producto en formato de «platitos». Es la primera aventura empresarial de este conocido profesional que ya destacó en el restaurante Contenedor y en La Taberna del Alabardero

 

«Martirio» tienen previsto abrir en el mes de junio en la calle Gustavo Bacarisas, muy cerca de Mariscos Emilio y en el local que ocupaba ultimamente «La Cazuela de Noniná».

Al frente de las cocinas estará el cocinero sevillano Carlos Mitchel, de 43 años y formado en la Escuela Superior de Hostelería. Su curriculum es de esos brillantes. Se formó, tras su titulación, en sitios como Mugaritz, el Kursaal de San Sebastián de Martín Berasategui o el restaurante del desaparecido Santi Santamaría.

En Sevilla es muy conocido a raiz de su paso, ya como jefe de cocina, del restaurante Contenedor, donde trabajó durante 8 años, y también por la Taberna del Alabardero en la que también ha sido profesor de cocina.

Finalmente decidió poner en marcha aventura empresarial propio. No lo hará solo ya que en el proyecto también participan como socios Manuel de Pablo, jefe de cocina del catering Alfardos, Pablo Camacho de la pastelería Tragus e Irene Moral, que se encargará de dirigir los comedores del nuevo establecimiento y con la que Mitchel ya trabajó en su etapa en Contenedor.

La idea era haber abierto antes de la Semana Santa pero la crisis del Coronavirus han hecho que la apertura se retrase, en principio, hasta junio. Las obras están ya muy adelantadas y del interiorismo se ha ocupado el Estudio Curtidores de Sevilla.

El local, de unos 200 metros cuadrados, ha sido completamente reformado y cuenta con una pequeña barra, desde la que se puede ver como se trabaja en la cocina y luego un amplio comedor con mesas bajas. Además contarán con una terraza con ocho mesas.

Carlos Mitchel e Irene Moral siguen las obras del nuevo establecimiento. Foto: Cedida por Martirio

La cocina estará a cargo de Mitchel  «y será una cocina de mercado porque lo me gusta es acudir a diario a la plaza y ver lo que hay. En función de eso tendremos una carta muy cambiante para aprovechar productos de temporada». La propuesta gastronómica no será amplia. «Tendremos una veintena de propuestas, todas con presentaciones muy cuidadas y en formato de pequeños platos. La idea es que comer aquí salga por unos 20 euros».

Mitchel señala que el trabajo con buena materia prima no está reñido con utilizar técnicas de cocina innovadoras «que logren sacar lo mejor de cada producto». En cuanto a la carta de vinos la idea es apostar, fundamentalmente, por los vinos andaluces.

En cuanto al nombre «queriamos ponerle al sitio un nombre de mujer. Martirio nos gustó mucho porque es divertido y también muy sonoro».

El establecimiento ya está abierto. Aquí horarios, localización y teléfono.

El cocinero Manu de Pablo, otro de los socios del proyecto. Foto: Cedida por Martirio.

 

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