Un grupo de veteranos hosteleros sevillanos ha creado este establecimiento donde se puede tanto tapear como comprar pan artesano, quesos de primera calidad o llevarse en un recipiente el guiso del día a casa.

 

El barrio sevillano del Porvenir cuenta desde hace meses con un nuevo vecino gastronómico difícil de clasificar. Un bar que recuerda a las antiguas casas de comidas del siglo XIX y que es a la vez ultramarinos o abacería. Pero que, caprichos de la lengua o de sus creadores, recibe el nombre de La Ferretería. Quizás porque contiene en su interior todas las herramientas y utensilios para el deleite del paladar.

 

 

Así lo reconoce uno de sus socios fundadores Thomas De Galard que se ha unido a otros veteranos hosteleros sevillanos del grupo’ La Escondida’ para inaugurar este establecimiento donde se puede tanto tapear como comprar pan artesano, quesos de primera calidad o llevarse en un recipiente el guiso del día a casa. «Con la Ferretería buscábamos un espacio integrador desde el punto de vista gastronómico. Y lo hemos logrado», aclara De Galard.

Espacios abiertos y grandes mostradores definen el local. Foto cedida por el establecimiento.

Espacios abiertos y grandes mostradores definen el local. Foto cedida por el establecimiento.

En el establecimiento, de cocina abierta y amplios mostradores, todo está a la vista. Sumergirse en él implica retroceder en el tiempo gracias a su estética vintage y a esas básculas y escaparates plagados de productos cuidadosamente situados. Aunque no por ello la Ferretería deja de tener toques de actualidad. Su carta de más de una veintena de tapas lo demuestra. «Junto a platos de toda la vida como las papas aliñás tenemos otros innovadores como el canelón de pato con bechamel o el carpaccio de lomo alto con virutas de jamón», explica Thomas De Galard. En ocasiones, es el plato clásico el que se reinventa o customiza en la Ferretería, como ocurre con la ensaladilla rusa que se sirve con muchos de sus ingredientes por separado para que sea el cliente quien cree in situ su propia versión de la misma. Durante los fines de semana, apuestan por los fuera de carta. «En concreto, en estas fechas estamos trayendo mucho marisco fresco de Sanlúcar de Barrameda».

 

 

Respecto a la sección de abacería, De Garland destaca que cuentan con panadería artesana y «una selección de calidad» de conservas, chacinas y quesos para la calle. Además, diariamente, La Ferretería elabora un guiso casero que también puede adquirirse en formato para llevar.  «Y esto no es nada. Queremos que el establecimiento abarque aún más, convertirnos en centro gastronómico y montar demostraciones de cocina en directo o catas, entre otros eventos», concluye Thomas De Galard

La ensaladilla en la Ferretería se customiza por el cliente. Foto cedida por el establecimiento.

La ensaladilla en la Ferretería se customiza por el cliente. Foto cedida por el establecimiento.

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