La Freiduría San Pablo lleva 46 años elaborando unas deliciosas patatas fritas de paquete que además de ser famosas en Sevilla han traspasado fronteras, llegando a países como Reino Unido, Francia o Alemania

 

 

Es uno de los aperitivos que sobreviven al paso del tiempo. Las patatas fritas han entrado en todas las casas, se llevan abriendo y compartiendo desde hace años mientras se cocina, en la playa se ve la tele o con una cerveza antes de la comida, o comiendo.  Están en supermercados y tiendas de desavíos, algunas de sabores inimaginables, pero como las artesanas, ninguna.

Bien lo saben en Freiduría San Pablo, que desde 1977 se dedican a freir patatas en Écija. El negocio lo comenzaron Gregorio Mérida y Joaquina Luna, con una churrería en la que comenzaron a vender pollos asados y patatas fritas para venderlas por el pueblo. La demanda de estas creció y se convirtió en el único producto de la tienda, cuyo nombre se debe al patrón astigitano. Pasaron de un local de 30 metros cuadrados a 80, que hoy se han convertido en 300 metros cuadrados en el polígono industrial Quinta de Machado.

En 1997, el hijo de la pareja, Mateo Mérida Luna, se hizo cargo del negocio familiar. Pocas cosas han cambiado desde los inicios, las más significativas, el envasado automatizado y la ampliación de la cartera de clientes. Las patatas se fríen de la misma manera. Solo patatas, aceite de oliva y sal. La materia prima a la que recurren en primer lugar es andaluza, de cercanía, haciendo que la producción de las patatas fritas San Pablo sea más respetuosa con el entorno.

El  tipo de patata que utilizan principalmente es la patata agria y nacional fundamentalmente, pero, cuenta Mateo, se adaptan según la temporada. Comienzan adquiriéndolas en la provincia de Sevilla, pero según va avanzando la temporada, terminan comprándolas en el norte, por las zonas de Teruel o Burgos. Igual sucede con el aceite de oliva, que traen de proveedores de Sevilla, Jaén, Córdoba… En los últimos tiempos el alto precio de este ingrediente está siendo un problema para empresas como San Pablo.

Imagen del libro ‘An Opinionated Guide to London Delis’ en la que aparecen las Patatas San Pablo como protagonistas del expositor de una tienda londinense. Foto cedida.

En su elaboración, no hay trampa ni cartón: fritura a fuego lento y práctica. Mateo ya conoce a la perfección cómo tratar cada tipo de patata, sí son nuevas se hace un corte fino, si no, más grueso, y en definitiva saber cómo hacer en cada caso para que el resultado sea el que él y sus clientes esperan. Y siempre con un sabor clásico, natural: «Lo mejor es que si quieres las patatas con sabor a jamón, te compres un buen jamón y te lo comas con las patatas», apunta Mateo. Para él es importante mantener lo tradicional.

Además de en los puntos de Andalucía y España donde se distribuyen (Sevilla, Huelva, Murcia, Madrid…no muchos porque quieren mantener una producción pequeña y con una calidad que puedan controlar), las patatas fritas San Pablo llegan a Francia y Alemania y sobre todo a Reino Unido. De hecho, las patatas ecijanas aparecen como protagonistas en una fotografía incluida en la guía An Opinionated Guide to London Delis.  En el libro hablan de la tienda Furanxo, ubicada en Londres y dedicada a la venta de productos españoles, muchos de ellos andaluces, entre los que se encuentran las patatas San Pablo. Una manera más de llevar el nombre de Écija por el mundo.

Más información sobre dirección, teléfono… de Freiduría San Pablo, en este enlace.

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