El establecimiento de Mairena del Alcor, que ha reforzado su equipo gastronómico con profesionales de primer nivel, abandona las tapas para centrarse en un menú degustación y una carta muy cambiante de platos. La decoración del local también ha sido modificada en aras de una mayor elegancia.
Tras dos semanas de cierre por descanso, el restaurante de Mairena del Alcor Mariola Bistronomía regresa a la actividad dando un paso hacia adelante en su concepto gastronómico. El establecimiento se ha sometido a un proceso de renovación que afecta a su equipo humano, carta y estética en aras, tal y como explica su propietario Adrián Jiménez Plaza, «de obtener una mayor excelencia y postularnos como aspirantes a un Bib Gourmand, antesala de la estrella Michelin».
Para ello, Jiménez Plaza se ha dejado guiar por la asesoría gastronómica de Didier Fertilati, el que fuera director de restaurante del amichelinado Quique Dacosta, «y considerado además el mejor jefe de sala del mundo». Asimismo, en febrero ha tomado el mando de los fogones de Mariola como jefe de cocina el chef Borja Arena, mientras que Sara Moreno es la nueva jefa de pastelería. «Ambos tienen una gran experiencia y proceden de restaurantes con estrella Michelin», revela el propietario del establecimiento mairenero.
Con este refuerzo a nivel humano, Mariola Bistronomía abandona su oferta gastronómica anterior basada en las tapas para centrarse en un menú degustación de cuatro platos y un postre, y una carta de platos de alta rotación. La base de los mismos continúa siendo una cocina tradicional con toques creativos, de ejecución actual y centrada en el producto de temporalidad. «Aunque a partir de ahora llevamos la temporalidad al extremo, cambiando los menús semanalmente, la carta de forma quincenal y los fuera de carta a diario», explica el propietario de Mariola. De esta forma, la carta se presenta bajo el título ‘Los platos de hoy, no sabemos si los de mañana’ en ella, actualmente, pueden encontrarse elaboraciones como una ensaladilla de carpaccio de carabineros y mahonesa de sus cabezas, un lingote de menudo acompañado por una crema de chocolate y lima o una espuma de papas con chocos, que desaparecerán dentro de dos semanas.
Otra de las novedades que presenta Mariola Bistronomía en esta nueva etapa es su recién inaugurada carta de cócteles. Jiménez Plaza, sumiller de profesión, además de seleccionar más de sesenta referencias de vinos para la bodega de su establecimiento, ha diseñado una amplia oferta de cócteles en los que las bebidas alcohólicas son sustituidas por vinos del marco de Jerez. «Los tenemos de amontillado, manzanilla, brandy Gran Reserva, cream y Pedro Ximénez», aclara.
Por último, el establecimiento también ha sufrido una remodelación en lo que a su estética y distribución se refiere. El espacio, con capacidad para más de sesenta comensales, ha teñido sus paredes y mobiliario de colores verdes y negros, para ganar seriedad y elegancia. Asimismo, las mesas altas han sido sustituidas por otras bajas y más espaciadas.
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