El prestigioso cocinero sevillano acaba de abrir una abacería gourmet en su barrio natal donde se puede tanto adquirir como degustar in situ conservas, embutidos, quesos y más de 150 referencias de vinos. Además, ofrece tapas y raciones de corte tradicional con el toque creativo que le caracteriza.
Tiene un curriculum de aúpa. Formado en Hostelería en la Escuela de Heliópolis, suma más de 35 años como chef, varios de ellos en el prestigioso restaurante Alcuza de Sevilla. También se ha desarrollado profesionalmente en países como Cuba o República Dominicana, además de recorrer gran parte de España en su deseo incesante «de una constante formación en nuevos productos». El cocinero sevillano Víctor Gamero domina los fogones como nadie. Pero eso no le ha impedido protagonizar con su nuevo proyecto una vuelta al origen. A la esencia de su barrio natal, tanto en forma como en contenido. Gamero abría la pasada semana ‘el Mercader de Triana’, una abacería gourmet que entronca con el pasado comercial de esta zona sevillana y con la cocina más tradicional de su chef y propietario. «No es mi primer proyecto como empresario pero sí resulta un sueño para mí hacerlo con estas características y en el barrio donde me crié», declara Víctor Gamero.
Tras participar como gerente en el restaurante Betis 7, la idea de dar vida a una abacería rondaba la cabeza del chef sevillano. Deseaba dar rienda suelta a su más reciente pasión: los vinos. Venderlos, servirlos y aconsejar a los clientes y comensales. Con un total de 130 referencias de tranquilos y 20 generosos cuenta el establecimiento. Porque en el Mercader de Triana todos los productos expuestos se pueden tanto adquirir como degustar in situ. Y este modelo de establecimiento, a imagen y semejanza de una tienda de comestibles de antaño, se le antojaba a Gamero «como el ideal para ello». «Para darle más fuerza a esta idea, he decidido llamarlo el ‘Mercader de Triana’ homenajeando así el pasado del barrio».
A esta bodega del Mercader de Triana le acompañan conservas, chacinas, quesos y embutidos, además de una carta de tapas y raciones de corte tradicional donde Gamero deja notar su toque creativo. Así en la sección de platos fríos destacan clásicos como las papas aliñás con melva, salmorejo de naranja sevillana o ensaladilla de gambones al ajillo. Para las tostas y montaditos, el chef se decanta por la originalidad del gambón confitado en aceite de kimchi con gula o el tronco de bonito en escabeche, anchoas, piparra y mayonesa de aceite. Incluso los fines de semana, Víctor Gamero pretende sorprender con algún guiso fuera de carta.
En cuanto a su ambientación, el Mercader de Triana también se inspira en ese retorno al origen aunque siempre con guiños actuales. Se trata de una abacería donde decoración en hierro y madera ocupan un papel relevante y conviven en armonía una mesa con pies de máquina de coser y un sillón francés de rejilla con la típica barra, zona de mesas interior y una terraza de mesas altas.
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