La cervecería Bar Tomás de El Tiro de Línea, uno de los templos del cuchareo de Sevilla, cierra por jubilación. La cocinera Josefi Marquez, con 76 años, se retira dejando para la historia versiones memorables de las manitas o el pisto con huevo
El quince de agosto, lunes, colgarán en el número 16 de la calle Estepa el letrero de cerrado por jubilación. Los Bermejo Márquez son de costumbres fijas así que unos días después partirán para un hotel de Islantilla donde, como vienen haciendo desde hace 6 años, pasarán una quincena de descanso. Luego volverán a Sevilla para ir recogiendo todas sus pertenencias del local «y vender lo que se pueda» para que las dos plantas que ocuba el bar queden totalmente libres para la construcción de una vivienda, que será su próximo uso.
Josefi Márquez, 76 años, «mú bien cumplios» y José María Bermejo, que cumplirá el próximo mes de octubre 81, dejan lo de la hostelería después de casi veinte años al frente de la cervecería bar Casa Tomás, un establecimiento que se había convertido en toda una referencia en la ciudad para los amantes del cuchareo. Las manitas de cerdo, el pisto con huevo, el menudo o el rabo de toro se habían convertido en verdaderos monumentos para los aficionados a mojar pan.
José María Bermejo era representante de confección. Estaba acostumbrado a recorrerse media Andalucía con unos maletones donde llevaba muestras de polos, pantalones y rebequitas para cuando hace relente. Se casó con Josefi Márquez Fernández, la niña de Manolo Márquez, el del el puesto de Los Cristales.
Dice que con «los nervios del cierre del bar he perdido unos pocos de kilos». Aunque va a cumplir 81 años, todavía conduce su propio coche y no duda, agilmente, en subirse a un sillón para descolgar un cuadro que hace falta para la foto. Aunque lleva ya tiempo jubilado acude a diario al bar para «echar un ojito y charlar con la gente porque esto me gusta mucho». Llegó a la profesión de «hostelero» muy mayor, con 61 años, cuando decidió dejar su trabajo de representante para meterse a «maitre» en el bar de la familia de su mujer. El establecimiento, fundado en la década de los 60, funcionaba poniendo copazos para desayunar y luego como una especie de salón de juegos donde los chavales acudian a jugar al futbolin. Tomás, hermano de Josefi y al que ayudaba en el establecimiento, murió y el matrimonio quiso mantener el legado de la familia, así que decidieron quedarse con el «Tomás».
De todos modos decidieron cambiar por completo el establecimiento. Quitaron los futbolines, arreglaron el comedor y decidieron que el gran atractivo de la cervecería bar Tomás serían los guisos de Josefi.
«Yo sabía que esto triunfaría porque Josefi guisa muy bien» dice José María, que todavía sigue conservando el encanto de los representantes, de los que están acostumbrados a patearse medio mundo con la sonrisa de guardia puesta. Dice que lo que más le gusta es «cuando hace cocido. Me puedo llevar cuatro días seguidos comiéndolo sin problemas. Me encanta». En el bar lo ponen algunos fines de semana con sus chícharos, sus garbanzos «y a veces con un poquito de calabaza». José María dice que el es de los que se come el cocido en dos platos. «Primero mi buen plato hondo con el guiso y luego la pringá». Josefi dice que le gusta «arrejuntar la carne, el tocino y el chorizo con unos pimientos asaos. Pero el es así…le gustan los churros con pan, fijate tú».
No se les ve tristes. Se les ve con la satisfacción de «haber sacado nota» en su reto de recuperar el bar de la familia. «Al principio lo pasamos muy mal. Aqui no venía nadie y los que venian se quejaban de que habiamos quitado los futbolines, pero la gente empezó a probar los guisos de Josefi y hemos terminado llenando todos los fines de semana y con gente viniendo hasta de otras poblaciones para probar las manitas o el rabo de toro. La gente no deja que le digamos lo que tenemos, viene a tiro hecho, porque le han hablado de tal o cual plato».
Josefi sonrie. Cuando se le pregunta donde está la clave de sus manitas o cuanto tomate hay que ponerle al pisto para que salga bueno: «Yo todo lo hago a ojo. No mido nada». No se ha puesto nunca una chaquetilla, aunque siempre luce su particular «uniforme», una falda vaquera, delantal y un polito negro «porque si me echo alguna mancha se nota menos», afirma sonriendo.
No ha ido a escuelas, ha ido aprendiendo ella misma, desde que empezó con las manitas y el menudo y ha seguido incorporando especialidades hasta el última gran éxito, el codillo. El sitio es un bar de los de toda la vida desde que se entra. Barra amplia y presidida por dos grandes cuadros de Jesús del Gran Poder y La Macarena. En medio una escultura de la Virgen del Rocío. Más al fondo un salón, «mú escamondao», con azulejos a media pared, de los de 20 x 20 y una colección de botellas de cerveza «que a ver que hago ahora con ella» señala José María. » A ver si alguien me la compra porque esto tiene un valor» dice sacando el espíritu de su antigua profesión de representante.
Mantendrán todo igual hasta que cierren el día 15 de agosto. Por la mañana los desayunos y luego al mediodía tapas y raciones con los guisos de Josefi, pescado frito y el arró de los domingos.
Otro de los atractivos del sitio es que se come barato. La gran mayoría de las tapas, generosas de tamaño (con dos sales comio) salen a 2,80 euros. Las raciones salen a 15 euros. Como curiosidad el rabo de toro y los San Jacobos, aquí afortunadamente no hay Cachopo, se venden por peso.
«Los dos dicen que seguirían, porque les gusta. Pero creemos que ha llegado el momento. Nos da miedo que nos pase algo y perdamos esta oportunidad. Queremos darle las gracias a todos los que nos han visitado en estos años y lo anunciamos antes para que todo el mundo pueda venir a vernos porque nos encanta eso».
José María recuerda al matrimonio de Triana de la Mesa Cinco «que lleva muchos años viniendo aquí los fines de semana y siempre pidiendose unas acedías, tortilla de camarones y ensaladilla».
«Para nosotros es un orgullo que la gente venga a visitarnos desde fuera y que vengan recomendados por otros clientes. Nos vamos contentos…»
Aquí la receta del pisto con huevo frito de Josefi Marquez
Horarios, localización, teléfono y más datos del bar cervecería Tomás, aquí.
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