Se trata de una elaboración para consumir como máximo 5 días después de su elaboración y previo encargo. En ella el sabor ácido y textura suave del queso se funde con el interior dulce de la fruta.

No lo elaboran a diario. Se trata de una producción exclusiva que realizan previo encargo y que sorprende a los paladares más exigentes, cual bocado gourmet. Se trata de Petit Quigo, una creación de la quesería artesanal de Espartinas Welldone lácticos en la que un queso láctico cremoso contiene en su interior un corazón de higo macerado en su propio jugo. «Aprendí a elaborarlo en Francia con un maestro quesero tradicional. Es un producto muy especial porque debe consumirse no más allá de cinco días después de su fabricación», comenta Rodolfo Del Río, creador de Welldone.

El secreto del éxito de esta creación radica, según Del Río,  en el contraste de sabores entre el ácido láctico del queso y el dulzor de la fruta «que lo convierten en algo excepcional, similar a una crema con notas silvestres». Es por ello que se trata de un producto demandado como postre en eventos. Incluso algunas empresas se lo encargan a la firma de Espartinas para incluirlo en su cesta de Navidad.

Estos quesos se venden en dos formatos: grande, de aproximadamente unos 135 gramos de peso, al precio de 6 euros y pequeños, de unos 45, que se cotiza a 2 euros.

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