El sector, conformado en su mayoría por pequeños productores, buscan en las grandes superficies y la venta online nuevas vías de acercarse al consumidor final.

 

No se ha librado de sus efectos. La pandemia del coronavirus y la consiguiente declaración del estado de alarma han supuesto un importante varapalo para el sector del vino en Sevilla. La ecuación es sencilla. Las principales bodegas sevillanas, en su mayoría pequeños productores, tienen en la hostelería a su principal nicho de mercado. Dos meses con bares y restaurantes cerrados suponen casi sesenta días sin ingresos para estos bodegueros. Así los confirman desde Bodegas González Palacios de Lebrija, Salado de Umbrete, la Margarita y Fuente Reina, ambas de Constantina, todas ellas referentes del sector. «Existen otras zonas de España en la que el COVID-19 ha supuesto un incremento de la venta de vinos en los supermercados o vía online. No es el caso de Sevilla donde los productores no se encuentran posicionados en estos mercados», aclara Fran León, sumiller, enocomunicador y un profundo conocedor del sector en la provincia.

En Bodegas González Palacios, el noventa y ocho por ciento de su producción se dedica al sector de la restauración. «Han sido meses complicados y ahora nos queda la incertidumbre de cuánto durará esta nueva situación», afirma Félix Gónzalez, director comercial de las bodegas lebrijanas. Además del parón en la hostelería por el COVID-19, González Palacios ha acusado la cancelación de eventos festivos durante esta primavera. «Un tercio de nuestras ventas tenían lugar en Semana Santa. Las cruces de mayo de Lebrija también suponían una fuerte inyección económica». En este sentido, Félix Gónzalez también se lamenta los eventos gastronómicos y alimentarios a los que la bodega ha dejado de acudir ante las actuales circunstancias.

 

Un tercio de las ventas de González Palacios tenía lugar durante Semana Santa. Foto cedida por el establecimiento

Un tercio de las ventas de González Palacios tenía lugar durante Semana Santa. Foto cedida por el establecimiento

 

Pese a todo, el portavoz de González Palacios mira al futuro con optimismo y ganas «de darle un poco a la cabeza y reinventarnos para lograr ventas y objetivos». Para ello, considera que fomentar la venta online e introducir sus vinos en cash and carry y supermercados puede convertirse en la mejor opción.

Bodega Fuente Reina de Constantina ha introducido promociones en las redes sociales para reactivar sus ventas. Foto cedida por el establecimiento,

Bodega Fuente Reina de Constantina ha introducido promociones en las redes sociales para reactivar sus ventas. Foto cedida por el establecimiento,

De hecho, en el caso de bodegas Fuente Reina ha sido su posicionamiento en el sector de la alimentación lo que, en palabras de uno de sus fundadores, Óscar Zapke «nos ha salvado en cierta forma durante estos dos meses». «La gente comienza a consumir vino en casa siguiendo el modelo Europeo. Ya teníamos presencia en dos marcas de supermercados antes del coronavirus», manifiesta Zapke quien no olvida una de las grandes patas que sustenta su negocio, la hostelería, que espera recuperar cuando se alcance la llamada nueva normalidad.

Mientras, la bodega constantinense se afana en aumentar la venta vía web de sus vinos con algunas ofertas y promociones que dan a conocer en sus redes sociales.

Unas soluciones para el sector que también apoya Raúl Fernández, propietario de Bodegas la Margarita de Constantina, el mayor productor de vino tinto de la provincia de Sevilla. Aunque en su caso concreto, al carecer de página web propia, ha tratado estos meses de salvar sus vinos mediante la venta online en la de un distribuidor y contactando directamente con sus clientes a través de las redes sociales. «Tengo que dar las gracias a muchos particulares, clientela fiel que nos conoce de los bares, que ha ido hasta nuestra bodega a buscarnos para pedir nuestros productos», declara Fernández.

Por su parte, Bodegas La Margarita también se plantea orientar su negocio hacia la exportación exterior. Hasta el día de hoy, la productora constantinense había priorizado los mercados andaluz y español. «Habíamos desatendido demandas de otros países que quizás ahora tengamos que tener en cuenta». Aunque, más allá de soluciones a corto plazo para esta campaña, Raúl Fernández afirma que en sus bodegas «tenemos la cabeza en la próxima vendimia. No sabemos qué pasará en los meses de septiembre y octubre».

Unos meses también cruciales para el gran referente del mosto de la provincia de Sevilla, Bodegas Salado de Umbrete. Para la empresa de Rafael Salado, esta variedad de vino supone un 70 por ciento de su facturación. Mientras se acerca la que es su temporada fuerte, la bodega aljarafeña ha tratado de combatir la crisis del coronavirus con su presencia en grandes superficies, mediante las ventas vías web y a domicilio, así como, desde el pasado lunes, con la reapertura de su tienda física.

Los pedidos a domicilio de Bodegas Salado, una de sus estrategias de venta durante la crisis del coronavirus. Foto cedida por el establecimiento

Los pedidos a domicilio de Bodegas Salado, una de sus estrategias de venta durante la crisis del coronavirus. Foto cedida por el establecimiento

 

Ante el panorama incierto al que aún se enfrenta el sector, según desvela el enocomunicador Fran León, los bodegueros sevillanos podrían beneficiarse de un plan de choque para su recuperación económica. La Diputación de Sevilla ha puesto en marcha un programa de incentivo de la venta online para las marcas adheridas a Sabores de Sevilla, entre las que se encuentran estas bodegas. Además creará campañas de divulgación y conocimiento de las características de los vinos sevillanos que tratarán de reflotar al sector.

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