Un primer amor antequerano y aceite de oliva, mezclados en una botella

El nieto de Miguel Gallego, fundador de Migasa, homenajea su legado familiar con una gama de cinco aceites de oliva virgen extra que cuentan la historia de su vida, entre ellas un primer amor

Detrás de este curioso nombre hay una historia familiar escrita con aceite de oliva. Es una mirada con lupa a los orígenes del grupo agroalimentario Migasa, que nació de la iniciativa del Miguel Gallego en los años treinta. Y 93 años después, su nieto Miguel, actualmente a cargo del marketing de la empresa, decide homenajearlo a él como abuelo y también como empresario con una gama de aceites premium que recorren la vida del emprendedor extremeño. Nacer en tierra de conquistadores no se quedó en una anécdota, su empresa lleva en la actualidad el aceite de oliva a más de 120 países.

El Olivo del Abuelo Migueles la marca bajo la que se agrupan cinco aceites de oliva virgen extra premium, entre los que está el de original nombre El Novio del Mollete, y lanzados en septiembre de 2023. Cada uno de estos aceites son una parada en un momento de la vida de Miguel, y tienen diferentes orígenes, variedades de aceituna y personalidad. La búsqueda de esas vivencias se han hecho a través de un diario que la mujer del fundador de Migasa regaló a su nieto Miguel cuando su marido ya había fallecido. Era costumbre que en los cumpleaños de los nietos, cada uno recibiera un objeto personal de sus abuelos. Con la ayuda de sus primas Elena y María Reyes Gallego, fueron reconstruyendo esos episodios de forma cronológica. Unas vivencias que según cuenta el propio Miguel Gallego «se pueden extrapolar a la vida de cualquier persona».

Miguel junto a sus primas, Elena y Maria Reyes en la presentación de la gama. Foto cedida.

El primero de los aceites, Sensoliva, lleva las variedades Marteño y Hojiblanca de las que se obtiene el aceite en la almazara de la compañía en Los Villares, Jaén. Nace de una curiosa anécdota en la que Miguel Gallego transportaba queso y otras mercancías de Madrid a Sevilla en burro. El animal se rompió una pata, el queso cayó por el camino y Miguel tuvo que recogerlo. Además de cogerle algo de manía al queso, decidió que el aceite de oliva sería su ocupación futura. «Tras Sensoliva existe una historia de revelación profesional», detalla su nieto.

Tras el Novio Del Mollete está la historia de un primer amor. En esta etapa, Miguel se dedicaba a llevar aceite desde Sevilla hasta Málaga, siendo en Antequera una de las paradas para vender a un cliente. El empresario se fijó en en la hija de este cliente, y aunque se quedó en un amor platónico, la historia quedó plasmada en sus vivencias. La referencia al pueblo malagueño y a sus populares molletes decidieron el nombre de este aceite, hecho, como no, en la almazara de Antequera con las variedades Arbequina y Manzanilla. La botella también recuerda a un mollete, con su forma redonda. Todas las botellas están diseñadas a conciencia para que sean diferentes y cuenten también parte de la historia.

Las botellas de esta línea gourmet tienen un diseño diferente para cada historia. Foto cedida.

Las aceitunas Arbequina y Arbosana dan lugar a Hacienda La Atalaya, producido en la almazara de Cambrils, en Tarragona. Este capítulo de la vida de Gallego describe la madurez y el descubrimiento del rumbo que verdaderamente le quiere dar a su vida. Templanza es otro de sus aceite de esta gama hecho en Montoro, Cordoba, con Hojiblanca y Picudo. Tiene la fuerza propia de los vinos de esta tierra, y es un reflejo de la afición por los toros del protagonista.

Pequeño Olivar es el más sevillano, elaborado con Hojiblanca, Arbequina y Manzanilla de olivares de Utrera y Écija y obtenido en su almazara de Osuna. Es un cierre a la colección, y al homenaje no solo como fundador de Migasa, sino también «a su legado familiar, sus valores, sus hijos, nietos, bisnietos…», explica Miguel. Todos estos aceites se pueden adquirir a través de su web por 18,45 euros el medio litro.

Esta línea se sale de la producción en grandes cantidades de Migasa, con el objetivo también de mostrar que pueden hacer productos más personales. No descartan que en un futuro, esta gama del Olivar del abuelo Miguel se amplíe y sigan apostando por líneas gourmet y tradicionales, como ya vienen haciéndolo con otros proyectos del grupo Migasa.