Son como un bocadillo pero en dulce. Los hay en muchas pastelerías pero estas son tres versiones que rozan la perfección
Nata jugosa, de esa que te mancha el bigote, de las que invitan al chupetón. Para contrastar una masa de «pasta choux» con un toque crujiente, es el palo de nata perfecto. Es uno de los habituales de las pastelerías de Sevilla, pero es dificil encontrarlos rozando la perfección, aquí te ofrecemos tres casos que la rozan…y bien rozadas.
El palo de nata de la confitería Secun
Palo pequeño, no muy grande. Va relleno de una generosa capa de nata natural, lo que le da una sutileza que te lleva al cielo meriendológico.
El palo de nata de la panificadora El Cachorro
Una de las natas más elegantes de Sevilla la que elabora el maestro pastelero José Manuel Pozo, en la panificadora El Cachorro: suave, cremosa, muy equilibrada de azúcar, ligera, una versión sobresaliente de este producto. En los «palos», una versión del pitisú francés, pero en andaluz, es decir, mucho más generosa de tamaño, la nata
El palo de nata del obrador Alján El Gallego
Obra maestra en el campo de los palos de nata. El relleno sutil, con una nata ligera, con el punto justo de azúcar, nada empalogoso y luego la cobertura que envuelve la nata ligeramente hojaldrada, con su punto crujiente. Es una de las especialidades más renombradas del obrador Alján, situado en la barriada de Rochelambert,
El palo de nata de la confitería Pepita Vázquez
Pieza para ponerla en un museo…pero comestible. Ya en la vitrina por sus buenas hechuras el palo de nata de Pepita Vázquez llama la atención, con su nata, adornada como si fueran olas, saliendole al palo por los laterales. La pasta choux con la que elaboran el palo está en su punto, no está «enguachisná»
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…Y además
- Aquí, unos cuantos tocinos de cielo que tienes que probar.
- Aquí unas cuentas cuñas de chocolate de gran aplauso.
- Aquí algunas tartas de queso para tomar postre 22 veces seguidas.
- Aquí una selección de bizcochos más tiernos que un angelito